"Dejo en tus manos a mi pueblo y todo lo que más amé / y lo dejo porque sé que vas a continuar lo que hice". La canción comenzó a escucharse ayer. El oyente solo advierte que un hombre le habla así a una mujer, sin nombre. Pero todos saben que es como si Luiz Inácio Lula da Silva se la cantara a Dilma Rousseff, la candidata que eligió a dedo para sucederlo y que está cada vez más cerca de alcanzar la victoria electoral en la primera vuelta de las presidenciales de Brasil, el próximo 3 de octubre.

"Ahora las manos de una mujer nos van a conducir", predice la canción, que forma parte de la publicidad del Partido de los Trabajadores (PT, en el poder). Comenzó ayer a propagarse coincidiendo con el inicio de la entrada de la radio y la televisión en la campaña electoral.

Según la última encuesta, Rousseff lleva 11 puntos de diferencia al ex gobernador paulista, José Serra, del Partido de la Social Democracia de Brasil (PSDB).

Dilma, como se conoce a la superministra de Lula, ha atado su suerte a la elevada popularidad del presidente. "Si Lula está con ella, yo también lo estoy", es otra de las frases publicitarias que empezó a propagarse ayer.

En el entorno de Serra se espera, no obstante, que con el paso de los días la ofensiva mediática del PSDB consiga evitar el resultado más temido: una derrota en la primera vuelta. Pero eso es lo que precisamente pronosticó el sondeo. Si se descuentan del total general el nivel de indecisos y votos en blanco, que es del 9% y 7%, respectivamente, Rousseff treparía al soñado 51%.