Corea del Norte y Corea del Sur ascendieron ayer varios peldaños de golpe en la peor crisis que atraviesan desde hace 23 años. Mientras Pyongyang anunciaba la anulación del acuerdo con el vecino del sur para evitar "choques accidentales" de sus buques en el inestable mar Amarillo, Seúl iniciaba unas maniobras militares submarinas en las mismas aguas. Así, lejos de encaminarse hacia la distensión, Corea del Norte y Corea del Sur incrementan la tensión de forma paulatina desde que, la semana pasada, un informe responsabilizara a un submarino norcoreano del hundimiento de la corbeta surcoreana Cheonan , el pasado 26 de marzo, con un balance de 46 marinos muertos.

ESFUERZOS FALLIDOS De momento, de poco parecen haber servido las conversaciones de la secretaria de Estado estadounidense, Hillary Clinton, con China para intentar conseguir cuanto antes una relajación de las tensiones así como la posterior visita a Seúl de la número dos del presidente de EEUU, Barack Obama. De lo que nadie parece dudar ya es de que aquella imagen del ex presidente de Corea del Sur, el ya fallecido Roh Moo-Hyun, cruzando a pie en el 2007 la frontera entre las dos Coreas como símbolo de reconciliación, se diluye por momentos.

La agencia oficial norcoreana daba cuenta ayer además de que fuentes militares del régimen comunista norcoreano aseguraron que retirarán "completamente" todas las salvaguardas que el Ejército mantenía en el marco de las relaciones de cooperación con el país vecino. Estas salvaguardas implicaban garantizar la seguridad de la estancia de ciudadanos surcoreanos en Corea del Norte así como en la entrada y salida de mercancías.

NI LUCES NI BANDERAS El pacto de cooperación que quedará en suspenso data del 2004 y, por lo que se refiere al ámbito marítimo, conllevaba la utilización de una longitud de onda común así como luces y banderas destinadas a avisar de sus respectivas posiciones. Este es el último capítulo de una cascada de decisiones entre las que destacan la paralización de la actividad comercial entre ambos países decretada por Seúl.