La unidad de Bélgica no logra movilizar ni a la población fran- cófona. Apenas 3.000 personas, en su mayoría francófonas, se manifestaron ayer por las calles de Bruselas en defensa de la unidad del país y contra el creciente abismo que separa a flamencos y francófonos. La cifra de participantes fue muy inferior a los 35.000 que logró aglutinar otra movilización similar celebrada en el 2007. Los convocantes atribuyeron la escasa participación a que solo habían tenido dos semanas para prepararla.

La manifestación fue convocada por organizaciones ciudadanas a finales de abril, tras la caída del Gobierno federal y el anuncio de elecciones anticipadas el 13 de junio por el endémico conflicto entre flamencos y francófonos. La movilización se ha realizado a través de internet, Facebook y las redes sociales. Sorprendentemente, los diarios francófonos apenas han informado y en la edición de Le Soir y La Libre Belgique del sábado no había ninguna mención.

Los manifestantes, portando centenares de banderas tricolores belgas, reclamaron a los políticos que dejen a un lado los problemas regionales y se concentren en aquello que realmente preocupa a la población, como la crisis económica y la falta de empleo, según el texto de la convocatoria de la marcha. "Queremos expresar de manera clara que los belgas queremos seguir juntos y que los políticos deben dejar de ocuparse de problemas regionales que la mayoría no comprende", explicó Pierre- Alexandre de Maere d´Aertrycke, uno de los organizadores. Los participantes responsabilizaron a los políticos de la fractura que sufre el país. La separación entre las comunidades se ha acelerado desde las elecciones del 2007. Entonces Bélgica necesitó 10 meses para formar un Gobierno inestable de cinco partidos.