El Airbus 330 de la compañía aérea libia Afriqiyah Airways procedente de Johannesburgo explotó repentinamente ayer a las 6.00 horas de la mañana mientras iniciaba el aterrizaje en el aeropuerto de Trípoli (Libia). En el avión viajaban 104 personas --93 pasajeros más 11 miembros de la tripulación-- de las cuales solo una salvó la vida, un niño de ocho años y nacionalidad holandesa, que fue trasladado inmediatamente al Hospital Al Sabia de la capital libia para curarlo de graves heridas. A pesar de tener importantes quemaduras y múltiples huesos rotos, el ministro de Transportes libio, Mohamed Alí Zidan, aseguró que su estado era "estable".

La mayoría de los pasajeros eran ciudadanos de diferentes países europeos que volvían de sus vacaciones en Suráfrica y solo estaban de tránsito en Libia. El grupo más numeroso, compuesto por hasta 62 personas, procedía de Holanda, pero también había británicos, franceses, alemanes y finlandeses.

En la lista de víctimas también se encontraba un pasajero procedente de Irlanda, otro de Filipinas y un tercero de Zimbabue. No ha trascendido que ningún ciudadano español viajara en el avión. Los 11 miembros de la tripulación y algunos pasajeros eran libios.

La portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Suráfrica, Nomfanelo Kota, confirmó a última hora de la tarde la muerte de cuatro pasajeros surafricanos. Las autoridades libias han anunciado la recuperación de 96 cuerpos y tienen "la esperanza" de poder identificarlos a todos. La Compañía Surafricana de Aeropuertos ha anunciado la puesta en marcha de un teléfono especial para informar a los familiares de todas las nacionalidades.

NI ATENTADO NI CENIZAS Por ahora se desconocen las causas del accidente, aunque no se ha vinculado la tragedia con las cenizas procedentes del volcán islandés Eyjafjalla. El ministro de Transportes libio, Alí Zidan, también ha descartado "la opción de un atentado terrorista".

Un responsable de la seguridad del aeropuerto declaró a la agencia France Presse que el avión "estalló en pleno vuelo y quedó totalmente desintegrado" en una zona de arbustos a solo unos centenares de metros de la pista donde debía aterrizar.

El corresponsal de la BBC en Trípoli asegura que el tiempo era "soleado y despejado" ayer por la mañana en la ciudad. El aparato era un Airbus 330 del 2007 fabricado en Toulouse y con pocas horas de vuelo, con lo que no había motivos para dudar de su estado. El modelo empezó a fabricarse en 1998 y está considerado por los expertos en aviación como "seguro". Aun así, el vuelo de Air France que explotó sobre el Atlántico en junio del año pasado sin que aún se sepan las causas, era del mismo modelo. Aún no se han podido recuperar las cajas negras de la aeronave, que desaparecieron en el océano, aunque han sido localizadas. El lugar donde se han hallado indica que el avión dio media vuelta, pero se desconoce el motivo de su cambio de rumbo. Se recuperaron alrededor de cuatro decenas de cuerpos.

FACILITAR LA INVESTIGACION En esta ocasión sí que se han encontrado las cajas negras, lo que debería facilitar la investigación sobre las causas del accidente y quizás resolver también el del año pasado. La Oficina francesa de Investigación y Análisis de Seguridad de la Aviación Civil declaró que dos de sus investigadores más cinco expertos de Airbus se han desplazado a Libia para colaborar en las pesquisas.

Afriqiyah Airways es una compañía libia de bajo coste que fue fundada hace nueve años. Este es el primer accidente aéreo con víctimas mortales que sufre.