Lejos de amainar, la presión sobre el ministro principal para Irlanda del Norte, Peter Robinson, para que dimita debido a su supuesto conocimiento sobre los manejos financieros de su esposa con su amante, se intensificó ayer con la petición de una figura clave del unionismo presbiteriano para que "renuncie temporalmente a su cargo".

El sábado, el Partido Democrático Unionista (DUP en sus siglas en inglés), al que pertenecen Peter Robinson y su mujer, Iris, también diputada, forzó la salida del partido de esta última y su renuncia a todos sus cargos políticos, tanto en el Parlamento de Belfast como en el de Westminster, renuncia que se espera que se produzca esta semana.

Peter Robinson debe reunirse hoy con su partido y se espera que explique qué sabía de la ayuda de 50.000 libras que su esposa, de 60 años, consiguió para su joven amante, entonces de 19 años, para abrir una cafetería. Iris, por cierto, había criticado a Bill Clinton por sus affaires .

El reverendo David McIlveen, que goza de la confianza del reverendo Ian Paisley, fundador del DUP y de la Iglesia Libre Presbiteriana del Ulster, dijo que el ministro principal se enfrenta "a un gran problema para resolver sus dificultades familiares" y que la vida privada de una persona afecta a la pública. McIlveen matizó que esta era una opinión personal y que no hablaba por boca de Paisley. David Trimble, predecesor en el cargo de Robinson y Premio Nobel de la Paz en 1998, predijo ayer en la BBC que el actual líder del Ulster podría dimitir "en los próximos días".

El escándalo amenaza con dificultar el proceso de devolución de poderes y aportar más inestabilidad al frágil equilibrio de poder en Irlanda del Norte. El Sinn Féin dijo por boca de su presidente, Gerry Adams, que el escándalo no puede desviar la atención de la devolución de la policía y la justicia, que enfrenta al Sinn Féin y al DUP.