España asume el 1 de enero la presidencia semestral rotatoria de la Unión Europea (UE) con los objetivos prioritarios de impulsar la nueva Europa del Tratado de Lisboa, afianzar la salida de la crisis y diseñar una estrategia económica de cara al 2020 que consolide a la UE como una potencia de primer orden en el nuevo mundo globalizado.

Esta es la cuarta ocasión en que España asume la presidencia de la UE desde su adhesión en 1986. Pero, a diferencia de las anteriores en que efectivamente presidió Europa, el papel del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y del ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Angel Moratinos, se verá relegado a un segundo plano por las nuevas figuras creadas por el Tratado de Lisboa: el presidente estable de la UE, Herman van Rompuy, y la alta representante de Exteriores europea, Catherine Ashton, que comienzan a ejercer el 1 de enero.

Van Rompuy presidirá todas las cumbres de la UE del semestre, incluidas las que se realicen en territorio español con países extracomunitarios, como con Estados Unidos, el Mediterráneo y Latinoamérica. Zapatero, no obstante, estará presente en esas reuniones y desempeñará un papel importante en la preparación de las mismas, aseguró el ministro Moratinos.

Ashton, por su parte, presidirá el Consejo de Ministros de Asuntos Exteriores de la UE y dirigirá directamente la actuación diplomática europea, un papel que correspondía hasta el momento al ministro de Asuntos Exteriores del país a quien correspondía la presidencia semestral rotatoria europea. Los ministros españoles solo presidirán los consejos sectoriales europeos, como Asuntos Generales, Economía, Trabajo, Agricultura.

"España no tiene ninguna intención de competir con el presidente de la UE" durante este semestre y actuará cono "modestia y discreción" para "complementar" su labor, subrayó Moratinos.

OBJETIVOS PARA LA DECADA Dos cumbres europeas económicas (en los meses de febrero y marzo) deben permitir coordinar las políticas de los Veintisiete para afianzar la recuperación y para aprobar la Estrategia 2020, con objetivos vinculantes para los países. España impulsará también un plan europeo de innovación y el reforzamiento del modelo social europeo.

España se ha fijado el propósito de conseguir la puesta en marcha del nuevo servicio diplomático europeo, estrechar la cooperación con Estados Unidos, Rusia y Latinoamérica, y concluir las negociaciones de adhesión de Croacia a la UE.