La familia de Cuéllar cree que el gobernador fue ejecutado por negarse a escapar a pie a través de la selva. Su hijo dijo el miércoles que su padre sufría de fuertes dolores en una de sus piernas, lo que le impedía caminar con cierta rapidez. Las molestias físicas se agravaron precisamente en uno de los cuatro secuestros que sufrió el gobernador en el pasado. En el de 1995, el segundo, Cuéllar acababa de ser operado de la rodilla y los rebeldes le obligaron a caminar mucho. "Durante su último secuestro, sufrió muchos dolores. Cuando regresó a casa me dijo que si volvían a secuestrarle no volvería a caminar por la selva", explicó su hijo. Los otros secuestros se produjeron en 1987, 1997 y 1999, los dos últimos ya como figura política. Era alcalde de la localidad de Morelia. "Espero que no vuelvan a secuestrarme más", dijo a la prensa tras ser liberado en 1999. Gran propietario de tierras --poseía tres haciendas y cabezas de ganado--, Cuéllar llegó a ser diputado del país en el 2003. Ese año, uno de sus hijos, Oscar Eduardo, fue asesinado, aunque se desconoce si fue un crimen político. Poco después, Cuéllar fue elegido gobernador como candidato de la Alianza Nacional Indígena. El año pasado, la fiscalía le abrió una investigación porque ex paramilitares le acusaron de tener relaciones con estos grupos.