Flandes exige escindir el distrito electoral y judicial que une Bruselas con su periferia flamenca para reforzar su cohesión. Flandes ha utilizado su mayoría parlamentaria para iniciar la tramitación de esa escisión, que dejaría a los 150.000 francófonos que habitan la periferia de Bruselas sin capacidad para elegir a diputados de su lengua y les obligaría a ser juzgados en neerlandés. Los francófonos belgas solo aceptan negociar la escisión a cambio de una ampliación de la ciudad de Bruselas para absorber a los municipios de mayoría francófona.