En algún lugar de las montañas Kandil, en territorio iraquí pero muy cerca de la frontera con Irán y Turquía, este redactor entrevista a dos líderes del grupo armado Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), que, desde 1984, se ha enfrentado al Ejército de Turquía en una guerra que se ha cobrado ya más de 40.000 vidas. En estas montañas, situadas a más de 3.000 metros de altura, el PKK mantiene su base central desde hace años. Los comandantes Bozan Tekin, considerado número dos de la organización, y Ronahi Serhat, abandonan sus armas en la puerta y atienden a las preguntas mientras el resto de la unidad patrulla por el exterior.

--¿Han merecido la pena tantos años de lucha armada y tantas muertes?

-- RONAHI SERHAT: Por supuesto. Nos entristece que haya muerto tanta gente pero si no hubiese habido esa lucha armada, ahora mismo los kurdos habrían sido asimilados y nadie hablaría de la cuestión kurda. Las políticas de aniquilación del Estado turco habrían conseguido triunfar.

-- ¿Qué opina el PKK de la iniciativa emprendida por parte del Gobierno turco para solucionar el conflicto kurdo?

-- R. S.: Es importante que, por primera vez, se discuta la cuestión kurda en el Parlamento, pero no vemos pasos concretos. El Gobierno está dispuesto a dar derechos individuales, pero no a reconocer a los kurdos como un pueblo diferente, con su propia lengua, cultura e historia, para lo que necesitaría cambiar la Constitución. Lo único que escuchamos son exigencias de que nos entreguemos, y no una solución político-social al tema kurdo. Por eso mismo no vemos una actitud sincera en el Gobierno de Recep Tayyip Erdogan .

-- ¿Hay en estos momentos una negociación entre el Gobierno turco y el PKK?

-- BOZAN TEKIN: No. El Gobierno todavía ve al PKK como una fuerza a la que hay que destruir, no como un interlocutor y de esta manera no puede haber negociaciones. Ankara debe aceptar como interlocutores al PKK y a su líder, el camarada Abdullah calan. Y si no, al menos tienen que establecer un diálogo con los parlamentarios kurdos del Partido de la Sociedad Democrática (PSD). Pero en lugar de eso, desde marzo se ha detenido a más de 400 miembros del PSD. Entonces, ¿con quién va a negociar el Gobierno? Inglaterra veía al IRA como banda terrorista, pero al final negoció con el grupo; lo mismo ocurrió en España, en Suráfrica o incluso entre israelíes y palestinos.

-- ¿Ha abandonado el PKK sus demandas independentistas?

-- B.T.: Pensamos que el sistema de los estados-nación ha sido superado. Fue un sistema impuesto por Europa a Oriente Medio, que no ha funcionado porque esta región es un mosaico de culturas. Por esa razón el PKK está en contra de un estado nacional para los kurdos. Lo que nosotros apoyamos es una solución confederal que garantice a los kurdos poder vivir de forma libre y democrática. Por ejemplo, la Constitución española de 1978 puede servir de modelo para la solución del conflicto kurdo Ronahi Serhat cita varios artículos de la Constitución española de memoria. También los modelos británico o canadiense podrían servir como ejemplo para este asunto.

-- ¿Qué ha ocurrido con la hoja de ruta de calan?

-- B. T.: Por lo que nos han podido explicar los abogados de calan, el plan exige una reforma constitucional y legal para garantizar los derechos de los kurdos, desarrollar un diálogo entre las partes, dar un lugar al PKK para expresarse y levantar los obstáculos que impiden que calan participe en el proceso. Pero el Gobierno no se ha comportado de una forma seria y ha impedido que se conozca la hoja de ruta.

-- ¿En qué condiciones estaría ahora dispuesto a dejar las armas el PKK?

-- B.T.: Si se termina con los paramilitares, se establece una comisión de investigación y reconciliación, se levantan todas las prohibiciones sobre la lengua kurda, se otorga plena libertad de organización a los kurdos y se libera a calan, no habrá razón alguna para que sigamos luchando.

--R.S.: Nosotros queremos la paz, pero continuaremos nuestra revuelta hasta que a nuestro pueblo se le permita vivir dignamente.