El presidente estadounidense, Barack Obama, en un intento por mejorar sus relaciones con Japón, su aliado más importante en Asia, anunció ayer que establecerá una comisión de estudio para analizar el futuro de la base militar de Futenma, situada en Okinawa. Obama comunicó la decisión en una conferencia de prensa celebrada después de reunirse con el primer ministro japonés, Yukio Hatoyama.

Se trata de un cambio importante de actitud, puesto que hasta ayer Washington se negaba a tratar el tema del cierre de la base militar de Futenma. Su localización, en una de las zonas más pobladas de la isla de Okinawa, ha generado protestas masivas por parte de los isleños, quienes viven bajo un cielo surcado por aviones y helicópteros militares.

Hace un mes, el secretario de Defensa, Robert Gates, cerró la puerta a cualquier tipo de negociación al señalar que el tema no se discutía. Obama, en cambio, estudiará la posibilidad de cerrar la base y relocalizarla en una zona menos poblada de la isla o fuera del archipiélago japonés, que es la propuesta que el Gobierno de Tokio ve mejor.

"Nuestra alianza perdurará y nuestros esfuerzos estarán orientados a la revitalización de nuestra amistad, de forma tal que ésta sea aún más fuerte y exitosa al enfrentar los desafíos del siglo XXI", indicó el presidente norteamericano. Fuentes estadounidenses bajo anonimato reconocieron que Obama considera este encuentro "como una oportunidad para adaptar la alianza ante los nuevos desafíos".

Por su parte, Hatoyama reiteró que la alianza con EEUU es el pilar de su política exterior. "Quiero hacer que este encuentro demuestre la importancia de las relaciones entre Japón y EEUU en un contexto global", subrayó el jefe del Gobierno japonés. Tokio busca una relación de igual a igual con EEUU. Por lo pronto, trascendió que los dos dirigentes se refieren el uno al otro por sus nombres de pila.

EEUU mantiene en Okinawa bases que ocupan el 18% del territorio de la isla principal y acogen a 27.000 militares norteamericanos. Las dos bases principales están cerca de áreas residenciales. El 85% de los habitantes pide su evacuación. Varios casos de abusos sexuales a menores han encrespado los ánimos. En 1995, dos marines violaron a una niña de 12 años pero no pudieron ser detenidos debido al acuerdo bilateral. En abril del 2008, un tribunal militar condenó a un marine por violar a una adolescente.