Golpeada por la crisis económica y decepcionada por la falta de compromiso de Estados Unidos, la Unión Europea (UE) se mostró ayer cicatera en la lucha contra el cambio climático. Los líderes de los Veintisiete optaron en el Consejo Europeo por no concretar la ayuda financiera que están dispuestos a aportar a los países en desarrollo para que se sumen en diciembre a un acuerdo mundial para reducir las emisiones de gases responsables del calentamiento del planeta. Esta estrategia negociadora vacilante de la UE puede comprometer que se llegue a un acuerdo en Copenhague para frenar de forma efectiva el cambio climático, ya que la ayuda financiera de 50.000 millones de euros anuales que necesitarán los países en desarrollo es clave para lograr ese acuerdo.

La cumbre concluyó sin que los Veintisiete hubieran alcanzado siquiera un pacto sobre el reparto interno de las contribuciones, ante la negativa de los países del Este a asumir una parte del coste del mismo y que esa contribución se base en el nivel de emisiones contaminantes.

Los países del Este consiguieron no tener que aportar nada a ese fondo en el periodo inicial 2010-2012. El sistema de contribución futura se estudiará por un grupo de expertos teniendo en cuenta la capacidad de pago de los países menos prósperos.

A LA ESPERA A pesar de los esfuerzos de la presidencia sueca de la UE, en la cumbre se impuso la línea defendida por Alemania, Italia, Francia y España, entre otros, de no precisar la oferta europea de ayuda a los países en desarrollo hasta que las otras grandes potencias, como EEUU, asuman algún compromiso concreto en esta cuestión. Este grupo de países teme que si la UE concreta ya su oferta, en Copenhague acabará teniendo que asumir una cantidad mucho más elevada y la Unión Europea acabará pagando la parte principal de la factura.

Los Veintisiete se limitaron a reiterar al concluir la cumbre que "la UE y sus estados miembros están dispuestos a asumir la parte equitativa que les corresponda de la financiación pública internacional total". Pese a la falta de concreción, el primer ministro sueco y presidente semestral de la UE, Fredrik Reinfeldt, aseguró que la UE acudirá a Copenhague "liderando" la lucha contra el cambio climático con una "posición fuerte".

El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, aseguró que España realizará una aportación significativa a ese fondo internacional, aunque precisó que todavía no se ha estimado su cuantía.

La Comisión Europea ha estimado que el impacto del cambio climático y el coste de la reducción de emisiones en los países en desarrollo ascenderá a 100.000 millones de euros anuales en el horizonte del 2020.

CIFRAS El Ejecutivo comunitario calcula que esos países necesitarán como mínimo una ayuda internacional de 22.000 a 50.000 millones anuales para poder asumir ese impacto económico en el 2020. La ayuda inicial en los tres próximos años ascenderá entre 5.000 y 7000 millones anuales. La Comisión Europea propuso a los Veintisiete que la UE aporte una ayuda a los países en desarrollo de hasta 1.500 millones anuales en el periodo inicial, que luego subirían hasta 15.000 millones en el 2020.

Los líderes europeos también acordaron en la cumbre reforzar la política de inmigración de la UE con el "estudio de la posibilidad de fletar vuelos conjuntos de repatriación" de inmigrantes irregulares financiados por la Agencia Europea de Fronteras Exteriores (Frontex). Los Veintisiete también respaldaron el refuerzo de las capacidades operativas de Frontex y pidieron a la Comisión que presente propuestas concretas sobre las operaciones marítimas conjuntas.