La atención de Alemania y del mundo árabe coincidía ayer en el proceso que comenzó en Dresde contra un alemán de origen ruso por el asesinato el pasado mes de julio de una mujer egipcia. El caso causó una gran conmoción en verano por muchos motivos. El principal, porque Alex W., de 29 años, mató a Marwa El-Sherbini, de 31 y embarazada de tres meses, en la misma Audiencia Provincial donde ayer volvió para ser juzgado de asesinato por odio xenófobo.

En julio había acudido a la Audiencia acusado de injurias tras haber insultado a su víctima en un parque infantil donde esta se encontraba jugando con su hijo. Entonces la llamó "puerca" y "terrorista" por llevar el pelo tapado por un velo. El día del juicio, Alex W. consiguió entrar en la sala de la Audiencia con un cuchillo de 18 centímetros con el que se abalanzó sobre su víctima y le asestó 16 cuchilladas antes de que la policía pudiera pararle y retirarle el arma.

ALTA SEGURIDAD Ayer todo estaba preparado para que no se repitiera nada parecido. Demasiado tarde, según muchos. En la Audiencia de Dresde había más de 200 policías encargados de someter a todos los visitantes a un detector de metales y asegurar que nada volvía a alterar el orden. La sala había sido provista de un cristal blindado y el procesado fue introducido atado de pies y manos. Lo nunca visto en la capital sajona.

Con ello, el Gobierno alemán pretendía enmendar las críticas recibidas del mundo árabe por haber permitido que pasase algo así y por haber reaccionado tarde. Solo tras las multitudinarias manifestaciones que se produjeron en varios países del mundo árabe y el mediático entierro de la víctima en Alejandría, comparecieron tanto la cancillera alemana, Angela Merkel, como el presidente del país, Horst Köhler, para condenar el crimen de la joven egipcia.

El hecho abrió una brecha y el debate sobre una supuesta indeferencia alemana ante los crímenes raciales. Ayer se repitieron las manifestaciones en Egipto y los representantes de la comunidad árabe en Alemania advirtieron en Dresde de que esperan que todo el peso de la justicia caiga sobre el acusado. El embajador de Egipto en Alemania, Ramzy Ezzeldin Ramzy, advertía: "Este proceso tiene gran importancia y será seguido con detalle por la población y el Gobierno egipcio". Ayer declaró el marido de la víctima, herido el día del asesinato de su mujer, primero por el agresor y después por la policía, que le disparó en plena confusión. Se espera sentencia el 11 de noviembre. El acusado podría ser condenado a cadena perpetua.