La reconciliación duró poco. Apenas seis meses después de que los gobiernos de Venezuela y Colombia acordaran restablecer plenamente sus relaciones diplomáticas y nombrar nuevos embajadores, el presidente venezolano, Hugo Chávez, ordenó el retiro inmediato del embajador de Venezuela en Bogotá y anunció la congelación de las relaciones con Colombia.

La medida responde a una denuncia publicada por la prensa, y luego confirmada por el Gobierno colombiano, sobre la incautación en campamentos de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) de varios lanzacohetes AT-4 que fueron vendidos por una empresa sueca al Gobierno venezolano en la década de 1980.

Aunque las autoridades suecas confirmaron que el material incautado a las FARC es el que fue vendido a Venezuela, la respuesta del Gobierno de Chávez ha sido considerar la denuncia como un ataque por parte del Gobierno de Colombia. El ministro de Exteriores venezolano, Nicolás Maduro, afirmó que es una campaña mediática para justificar el acuerdo mediante el cual el Gobierno de Alvaro Uribe permitirá a EEUU el uso de cuatro bases militares en Colombia. Chávez tildó al Gobierno colombiano de "irresponsable" y advirtió que si se produce otra acusación desde Colombia procederá a la ruptura total de relaciones.

"He ordenado retirar a nuestro embajador de Bogotá, a nuestro personal diplomático. Tú me dejas ahí al funcionario de más bajo nivel. Vamos a congelar las relaciones con Colombia", dijo Chávez dirigiéndose al ministro Nicolás Maduro.

MEDIDAS Durante su intervención, Chávez instruyó a los ministros para que analicen las relaciones comerciales con Colombia, las inversiones colombianas en Venezuela y para que se preparen para una eventual congelación de las relaciones económicas. Aunque dejó claro que no tomaba decisiones específicas, Chávez mencionó varias medidas que podría adoptar como la sustitución de las importaciones procedentes de Colombia, la expropiación de las empresas colombianas presentes en Venezuela e, incluso, el cierre del gasoducto binacional que surte a Venezuela de gas colombiano.

En cuanto a las relaciones comerciales, durante la última década la balanza se ha desequilibrado enormemente a favor de Colombia, cuyas exportaciones se han incrementado en más del 400%. Esto explica por qué cuando surge un conflicto político entre ambos países, Chávez recurre a su arma más potente: la comercial. Así, el martes advirtió sin reparos: "No son imprescindibles para nosotros las importaciones desde Colombia. Hemos sido generosos con los empresarios de Colombia. Cuando yo llegué aquí, Venezuela importaba 1.000 millones de dólares (713 millones de euros) de Colombia. El año pasado llegamos a casi 7.000 millones de dólares de importaciones".

Para el experto Carlos Molina, profesor del Instituto de Estudios Superiores de Administración (IESA) de Venezuela, es poco probable que la congelación de las relaciones económicas con Colombia se materialice: "El impacto para Venezuela sería muy grave. Las mercancías que importamos desde allá son fundamentales, no bienes superfluos. Se trata de alimentos, materiales de construcción, etc".

SIN CAPACIDAD Molina explica que la congelación de relaciones económicas no le conviene a Venezuela, pues "ha perdido progresivamente su capacidad de producción de cualquier tipo de bien durante los últimos 10 años hasta llegar al punto actual en el que no somos capaces de autoabastecernos en casi nada". También que ello podría afectar a los venezolanos en términos de abastecimiento y de precios.