Tiene tres años y apenas pesaba siete kilos cuando su madre lo llevó a un hospital de Jerusalén. La mujer, de 30 años, padece el síndrome de Münchhausen, una patología que lleva a un adulto a provocar enfermedades o lesiones a un menor bajo su tutela con el objetivo de llamar la atención. Tras su detención inicial, la madre se encuentra desde ayer en arresto domiciliario, bajo custodia de su rabino, según decidió un tribunal, contrariamente a las recomendaciones de la policía y los servicios sociales. Las cámaras del centro médico filmaron en repetidas ocasiones a la madre cuando desconectaba la sonda que alimentaba al menor.