La enorme presión del régimen y sus fuerzas de seguridad sobre los periodistas --tanto los locales como los extranjeros-- está haciendo cada vez más difícil contar lo que ocurre en Irán. El reportero Témoris Grecko, que ha cubierto la crisis iraní para los periódicos de Grupo Zeta en los últimos días, tuvo que abandonar precipitadamente el país el viernes, y se encuentra en Armenia.

El enviado especial de Grupo Zeta para informar de las elecciones iranís, Kim Amor, ya se fue del país el día 18, después de que las autoridades decidieran no renovar el visado a ninguno de los periodistas extranjeros desplazados a Teherán.