Ante lo que se interpreta como una primera concesión a las masivas protestas, el Consejo de Guardianes, el poderoso órgano que, entre otras funciones, regula las convocatorias electorales en Irán, expresó ayer su disposición a establecer un recuento de los votos en aquellas urnas en las que se han denunciado irregularidades. Un recuento parcial apoyado explícitamente por el ayatolá Jamenei, el hombre fuerte de la República Islámica.

"Si hace falta un recuento de votos en ciertas urnas, que se haga en presencia de los representantes de los candidatos para que todo el mundo se muestre convencido del resultado", señaló el guía supremo en la televisión estatal.

La declaración de Jamenei, a quien se le atribuye una proximidad con el presidente Mahmud Ahmadineyad, llegó horas después de que los 12 miembros del Consejo de Guardianes explicitaran su voluntad de realizar un recuento con el propósito de acallar las fuertes críticas internas. No obstante, estos 12 miembros se negaron a anular los comicios y convocar unos de nuevos, tal y como ha solicitado la oposición en pleno. "Es posible que se produzcan algunos cambios en los resultados después del recuento, pero la petición de que se anulen las elecciones, como pretenden los candidatos, eso no es posible según la ley", dijo Abbasali Kadkhodai, portavoz del Consejo de Guardianes.

ENCUENTRO BREVE Aparentemente ajeno al estruendoso ruido de Teherán, Ahmadineyad salió al exterior por primera vez desde la celebración de las elecciones. Viajó a Yekaterinburgo, ciudad de los Urales, donde se celebra una cumbre económica de la Organización de Cooperación de Shanghái (SCO).

Allí esperaba ser recibido por el presidente ruso, Dmitri Medvédev. Lo hizo, aunque solo para una breve sesión de fotos y un escueto intercambio de bromas y sonrisas. No se produjo la reunión bilateral que el dirigente iraní quería, posiblemente para buscar apoyo y legitimidad. La delegación rusa canceló el encuentro con la excusa de que Medvédev tenía una agenda apretada. Ahmadineyad no efectuó ninguna declaración sobre las protestas en su país. Tan solo habló para referirse a Estados Unidos. "La era de los imperios ha terminado", manifestó.