Entre aplausos, perplejidades y voces disidentes, se celebró ayer en Roma el último congreso de los ex fascistas de Alianza Nacional (AN), hasta ahora la segunda fuerza política de derechas en Italia, que decidieron disolverse para fundirse con los aliados gubernamentales de Forza Italia (FI), el partido del mandatario Silvio Berlusconi.

Ambos partidos se unirán esta semana bajo una única bandera: el Pueblo de la Libertad (PDL), una formación política creada en el 2008 por Berlusconi para acudir, como coalición junto a AN, a las elecciones generales de ese año, que ganaron a los partidos de centroizquierda.

La dirección de Alianza Nacional pronunció ayer palabras de aliento y de confianza en el futuro, así como de indiscutible apoyo y reconocimiento a Berlusconi como líder del nuevo partido, que será el mayor partido conservador del país.

"El PDL tiene un líder que es Berlusconi y esto es evidente", afirmó en tono seco Gianfranco Fini, líder de AN y hoy presidente de la Cámara de Diputados, ante los 1.800 delegados presentes en el congreso de Roma. "Pero el mismo Berlusconi sabe perfectamente que un liderazgo fuerte y reconocido no puede en ningún caso suponer el culto a la personalidad", agregó el dirigente de AN, explicando que el propósito de la fusión es aunar más al 40% de los italianos.

"Un partido unitario no quiere decir un partido con un pensamiento único", precisó Fini, que ha mantenido una posición un tanto crítica con la política de inmigración llevada a cabo por Berlusconi y con el creciente uso por parte del primer ministro de los decretos de emergencia para gobernar el país.

LAS INCOGNITAS Aún está por ver si la creación de esta nueva formación consigue acabar con las luchas internas en la derecha. La atmósfera de ayer entre los seguidores era tanto de euforia como de inquietud y perplejidad por el destino político de los ideales de AN, un partido heredero del Movimiento Social Italiano (MSI) que, a su vez, había surgido, en 1946, de las cenizas del partido fascista de Benito Mussolini tras la segunda guerra mundial. Cuando desapareció el MSI, en 1994, y nació Alianza Nacional, una parte de sus seguidores abandonaron el partido.

De hecho, las primeras disensiones ya afloraron ayer. "(Fini) hizo un discurso de alto perfil político, pero no llegó a todos", criticó ayer, entre otros, Roberto Menia, responsable de AN en la norteña región de Friuli Venecia Giulia. Otros, por el contrario, señalaron que se trata de una gran oportunidad de la derecha de AN para hacerse con los numerosos seguidores de Berlusconi, que se desplomarán cuando llegue el final político del propio primer ministro.

LAS RECLAMACIONES Con todo, esta semana, uno de los primeros rompecabezas para Berlusconi serán las peticiones de AN al PDL, lo que ayer se sintetizó en una lista de 20 puntos "claves" de su identidad y propuestas que los pos fascistas quieren que adopte la nueva fuerza política, como es el caso de la reorganización de las Fuerzas Armadas y mayores ayudas a las familias y a las empresas.