Entre el 24 de marzo y principios de junio de 1999, el periodo que duraron los bombardeos de la OTAN sobre Yugoslavia (entonces formada ya solo por Serbia y Montenegro), el Ejército yugoslavo y la policía del Ministerio del Interior (MUP) desataron una campaña "de violencia y terror contra la población albanesa de Kosovo" que comportó "la expulsión masiva de civiles de sus casas, además de asesinatos, abusos sexuales y la destrucción deliberada de mezquitas". En su primera sentencia sobre los crímenes en la entonces provincia serbia, ahora Estado independiente, el Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia condenó ayer a 5 altos cargos a penas de entre 15 y 22 años de cárcel, pero absolvió al entonces presidente de Serbia, Milan Milutinovic, por considerar que no tenía el control del Ejército yugoslavo. Según el juez Iain Bonomy, quien tenía el control del Ejército era el entonces presidente yugoslavo, el fallecido Milosevic.