Mientras el martes Washington y el resto del país celebraban la toma de posesión de Barack Obama, en Wall Street la bolsa se hundía, lastrada por un desplome de las acciones de instituciones encabezadas por el Bank of America y el Citigroup. Un recordatorio de la difícil situación económica en la que se encuentra el país. A ello se refirió ayer el candidato a secretario del Tesoro de Obama, Timothy Geithner, durante su sesión de confirmación en el Senado. Geithner anunció que "en unas semanas" la Administración de Obama presentará "un plan global para estabilizar el núcleo del sistema financiero, para que los bancos, que son tan cruciales en la economía, sean capaces de suministrar el crédito necesario para la recuperación".

Este tema estaba encima de la mesa en la reunión que anoche Obama celebró en la Casa Blanca con su equipo económico, programada el primer día de trabajo para enviar el mensaje de que la economía es prioritaria en la agenda del presidente. Geithner explicó que Obama prevé usar la segunda parte del plan de rescate bancario heredado de George Bush de 540.000 millones de euros, aunque reformando algunas condiciones. A continuación, Obama pretende presionar al Congreso para que apruebe lo antes posible su plan de estímulo económico, cifrado en 660.000 millones de euros. El tercer eje es el "plan global", que incluiría el sistema financiero pero también el sector inmobiliario, un paquete de regulaciones y coordinación internacional.

Pero en estos momentos una de las principales y más graves preocupaciones es el mercado financiero. Timothy Geithner apostó por acciones "fuertes", ya que en "una crisis de esta magnitud, el curso más prudente es el más vigoroso".