Una vez más, los Grandes Lagos, la convulsa región del este de Africa en la que cinco países (Congo, Ruanda, Burundi, Uganda y Tanzania) comparten frontera, bordea el abismo de un desastre humano de consecuencias imprevisibles. Decenas de miles de personas --algunas fuentes hablan de 45.000 civiles-- cargando bultos, enseres y animales, huían anoche despavoridas del avance de la guerrilla congoleña del general depuesto Laurent Nkunda, que obligó al Ejército regular del Congo a abandonar a su suerte la ciudad fronteriza de Goma. Pese al alto el fuego anunciado por los rebeldes, el Consejo de Seguridad de la ONU convocó ayer tarde una reunión de urgencia para debatir la situación. Entre las víctimas se encuentra la monja española Presentación López Vivar, nacida en Burgos hace 64 años, que perdió las dos piernas debido al estallido de una granada.

"Las calles están vacías; la gente va huyendo en masa hacia la ciudad de Sake en dirección oeste; es casi imposible saber cuántos son", relató por teléfono a estos periodistas desde Goma, junto a la frontera con Ruanda, Pablo Marco, coordinador del equipo de emergencia de Médicos sin Fronteras-España. "Nos hemos quedado en nuestras casas y por el momento no vamos a ser evacuados, aunque no descartamos irnos si la situación acaba por deteriorarse", puntualizó Marco. Ayer tarde, un equipo de esta oenegé circuló por las calles de Goma, convertida en una ciudad fantasma, en las que solo se veían "algunos hombres armados", explicó Marco.

MULTITUD DE LLAMADAS El Instituto de Religiosas de San José de Gerona en Madrid se afanaba en atender la multitud de llamadas de los medios interesándose por el estado de la monja herida. "La madre superiora ha podido hablar con ella muy brevemente; solo sé que está muy cansada", dijo la secretaria del centro, de nombre Carmen.

El colegio difundió una nota sobre la vida de la religiosa, que "ama a Africa como una segunda patria", ya que estuvo primero en Guinea Ecuatorial y después en el Congo. Tras ser alcanzada por una granada, Presentación fue trasladada por las hermanas al hospital de Rushuru, regentado por la sección francesa de Médicos sin Fronteras (MSF). Anoche se estaba intentando evacuarla hacia Suráfrica.

DESDE FINALES DE AGOSTO Según las oenegés de emergencias contactados por teléfono, el origen del drama humano que se está gestando en esa baqueteada región africana se remonta a los combates esporádicos de finales de año, que se convirtieron en generalizados a partir del 28 de agosto. Los rebeldes de Nkunda lanzaron entonces su ofensiva pese a ser parte signataria del programa Amani , firmado entre el Ejército congoleño y los principales grupos armados, en el que se prevé la desmovilización de todas las bandas que, de forma regular, azuzan la violencia en una zona que no ha conocido una paz duradera desde que en 1994 estallara el conflicto entre hutus y tutsis.

Los enfrentamientos armados se desarrollaban ayer muy próximos a Goma. Un periodista de Reuters pudo oír el retumbar de la artillería pesada, de las ametralladoras, y pequeños tiroteos a una distancia de 10 kilómetros en una de las dos únicas carreteras que salen del casco urbano. "Hay combates muy intensos; puede verse incluso el humo de los proyectiles de artillería caídos; puede que a una distancia de cinco kilómetros".