La crisis financiera se ha transformado en un balón de oxígeno para la carrera del primer ministro británico, Gordon Brown. Un nuevo sondeo, publicado ayer por el diario The Independent, confirma el resurgir de los laboristas, que en dos meses han acortado la ventaja de los conservadores de 19 a 8 puntos.

Las iniciativas de Brown para afrontar el desplome del sistema bancario le han reconciliado con parte de la opinión pública. Los conservadores de David Cameron siguen a la cabeza, con un 39% en intención de voto, pero los laboristas, con un 31%, se han recobrado sensiblemente. Los liberales demócratas, siempre en tercera posición, logran un 16%. De mantenerse estos porcentajes en las elecciones previstas para la primavera del 2010, ninguno de los tres partidos obtendría la mayoría absoluta en el Parlamento.

Los laboristas llegaron a estar por debajo del 20%, pero ahora los sondeos apuntan a una lucha mucho más reñida en las urnas.