El presidente francés, Nicolas Sarkozy, afirmó ayer que el no irlandés al Tratado de Lisboa "no es una casualidad ni una sorpresa". "Muchos europeos no entienden la forma en que se construye Europa en este momento", reflexionó Sarkozy durante una conferencia de prensa conjunta en París con el presidente de EEUU, George Bush. "Tenemos el deber de ser más eficaces al servicio de la vida cotidiana de los europeos", señaló el presidente francés.

Sarkozy animó a reaccionar ante esta incomprensión. "Tenemos que tenerlo en cuenta, no dentro de seis meses, sino ahora mismo". El rechazo es "un llamamiento para trabajar más y mejor, de forma diferente, y para encontrar juntos las soluciones", dijo. Tras repetir su idea de que una Europa concebida para "proteger" ha acabado inquietando a sus ciudadanos, puso como ejemplo del necesario cambio de política sus iniciativas para acordar una política conjunta de inmigración y para compensar la subida del petróleo.

Para Sarkozy, que el 1 de julio presidirá la UE, el no irlandés "es una dificultad más", pero también "una realidad política". "La cuestión no es saber si nos gusta o no. El pueblo irlandés se ha pronunciado. Hay que aceptarlo", sentenció antes de subrayar que debe continuar el proceso de ratificación del Tratado, tal como pidieron el viernes Sarkozy y la cancillera alemana, Angela Merkel.