El presidente de EEUU, George Bush, reconoce que se equivocó con la retórica que empleó para referirse a la guerra de Irak. Tras su encuentro con la cancillera alemana, Angela Merkel, en Meseberg (cerca de Berlín), Bush confirmó lo dicho en una entrevista publicada ayer por el diario The Times : que podía haberse "explicado mejor" y que expresiones como "atraparlos vivos o muertos" hicieron pensar que no es "un hombre de paz".

Bush quiso dejar claro, sin embargo, que aunque la retórica no fuese la adecuada, para él la guerra no fue un error. "A mí no me gusta la guerra, pero la decisión de derrocar a Sadam Husein fue correcta", afirmó. El presidente dijo también que EEUU no se quedará en Irak de modo "permanente" y que está cerca de concretar un "acuerdo estratégico" de seguridad con Bagdad.

Aunque pretende mejorar su imagen en esta gira europea --en cuya próxima escala, Italia, le esperan protestas--, Bush sigue siendo tajante sobre Irán. Alineado con sus colegas europeos para amenazar a Teherán con más sanciones si no abandona su programa nuclear, dejó claro que no descarta la vía militar: "Todas las opciones están sobre la mesa". Este fue uno de los puntos en los que más clara quedó la distancia entre Bush y Merkel. "Debemos mostrar a Irán nuestra determinación para que abandone el programa nuclear, pero no a costa del sufrimiento del pueblo iraní", dijo Merkel.

CAMBIO CLIMATICO Por mucho que se diga que la gira es de despedida, la cancillera sostiene que aún le queda mucho trabajo por hacer con Bush: "Sin ir más lejos, tenemos muy pronto el próximo G-8, en el que espero que logremos avances significativos". Ambos expresaron su deseo de que el encuentro en Japón siga los primeros pasos del pasado año en Heiligendamm en materia climática. Aunque habló de establecer compromisos vinculantes, Bush dejó entrever que tampoco en este G-8 aceptará los objetivos de reducción de emisión de gases de Europa.