La intervención militar de Turquía en el norte de Irak y la resistencia que está encontrando han llevado a las fuerzas de seguridad turcas a incrementar, ayer, los niveles de alerta en todo el país por temor a acciones violentas de simpatizantes del grupo armado Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK).

El PKK llamó a sus seguidores a "rebelarse" en las ciudades de Turquía "ante esta agresión al pueblo kurdo" y acusó a las fuerzas políticas kurdas de Irak de "pasividad" por permitir la intervención turca. Según informó la agencia de noticias Firat, la policía turca reforzó la vigilancia policial en los barrios de mayoría kurda de las principales ciudades. "Tengo la esperanza de que no se cierren las vías de solución pacífica del conflicto kurdo. Pero si esas vías se cierran, los kurdos arderán de rabia", dijo la política kurda Leyla Zana.

El Parlamento del Kurdistán iraquí condenó en un comunicado "las acciones turcas alejadas de las normas de la ley internacional respecto a los países vecinos" y denunció que "la artillería turca, apoyada por aviones de guerra, ha infligido serias pérdidas en las áreas fronterizas de la región".

ADVERTENCIAS El ministro de Asuntos Exteriores turco, Alí Babacan, subrayó por su parte que el "único objetivo de la operación es el PKK" y destacó los esfuerzos diplomáticos de su país para obtener la aprobación internacional, algo que no parece estarle saliendo bien a Ankara a la vista de las advertencias recibidas por parte de la ONU, la UE y Rusia. "Hemos avisado repetidamente de que una operación militar en el norte de Irak, dada la tensa situación de la zona, podría provocar una escalada de violencia", afirmó el portavoz ruso de Exteriores, Mijail Kaminin. Irán, país donde actúa una organización hermana del PKK, el PJAK, recomendó a Turquía buscar la solución "en el diálogo". EEUU fue el único país que mostró su apoyo a la operación.

La operación militar es, con todo, de menor envergadura que las que en 1992, 1995 y 1997 llevaron a 50.000 soldados turcos a entrar en Irak, sin conseguir acabar con el PKK. En el segundo día de invasión, los combates se situaron en 8 puntos diferentes a lo largo de la frontera turco- iraquí y los 10.000 soldados turcos continuaron avanzando en el nevado territorio de Irak de forma lenta pero tenaz. Si el viernes habían conseguido adentrarse 10 kilómetros, el sábado las tropas turcas se situaban ya 20 kilómetros en el interior de Irak.

La entrada de las fuerzas turcas se hizo por la montañosa zona de Çukurca hacia Hakurk y Zap, las principales bases usadas por el PKK para sus incursiones en Turquía. Desde diciembre, los bombardeos de la artillería y los cazas se habían cebado en estos campamentos, pero los rebeldes kurdos están mostrando más resistencia de la esperada.

LAS BAJAS Los muertos turcos pueden ascender ya a 22, pues el Ejército informó de la muerte de 7 soldados y el PKK afirmó tener en su poder los cadáveres de otros 15. En el lado de la organización armada, el Ejército turco aseguró haber dejado a 79 militantes del PKK "inoperativos", en su peculiar lenguaje, aunque los rebeldes kurdos aseguraron haber perdido solo a dos hombres. Además, el PKK dijo haber derribado un helicóptero Cobra en la batalla en torno a Zap.

Las autoridades kurdas iraquís pueden haber dado permiso a los militares turcos para llegar hasta el cuartel general del PKK en las montañas Kandil, fronterizas con Irán y a 150 kilómetros de Turquía. Una misión nada fácil teniendo en cuenta la resistencia del PKK y el avance turco. Además, 10.000 peshmerga, tropas de facto del Kurdistán iraquí, se concentraron en Zakho y empezaron a desplazarse hacia las zonas de combate bajo la consigna de no inmiscuirse pero sí "defender a la población civil", por lo que no se descartan fricciones con los turcos.