Varios centenares de jóvenes asaltaron ayer con la ayuda de palos y barras de metal la Embajada de EEUU en Belgrado y provocaron un incendio, ante la inicial mirada pasiva de la policía. Algunos de los asaltantes lograron penetrar en el edificio. Otras legaciones occidentales fueron también atacadas. Los incidentes se produjeron durante una manifestación que congregó entre 150.000 y 200.000 personas en el centro de la capital de Serbia para protestar por la independencia de Kosovo.

Los jóvenes destrozaron las garitas de guardia situadas delante de la Embajada de EEUU y golpearon las puertas y ventanas del edificio. También arrancaron un pasamanos y lo utilizaron para aporrear la puerta principal. Uno de los manifestantes escaló hasta la primera planta, arrancó la bandera estadounidense del mástil y colocó una bandera serbia, entre los gritos y aplausos de un millar de personas.

La policía no protegía la sede diplomática, que había sido cerrada después de que el lunes el edificio ya fuera apedreado.

Una decena de vehículos blindados de los antidisturbios acudieron después y dispersaron a los manifestantes con gases lacrimógenos. Los enfrentamientos provocaron unos 80 heridos.

BANDERAS ESPAÑOLAS Las sedes diplomáticas de otros países que han reconocido la secesión de Kosovo sufrieron también las consecuencias. La embajada de Croacia fue atacada y los manifestantes rompieron los cristales e incendiaron un restaurante McDonald´s cercano; las garitas policiales de protección de las embajadas de Alemania y el Reino Unido fueron incendiadas y, en la de Turquía, la bandera turca fue sustituida por la serbia. También fue pasto de las llamas un automóvil aparcado frente a la embajada de Canadá.

El grueso de la manifestación discurrió de forma pacífica. Algunos participantes llevaban banderas de Rusia (el principal aliado de Serbia) y de España (que no ha reconocido a Kosovo).

En la tribuna colocada frente al Parlamento, el primer ministro, Vojislav Kostunica, clamó ante la multitud enfervorecida que "mientras vivamos, Kosovo es Serbia". "Kosovo está en nuestros corazones", afirmó el líder ultranacionalista Tomislav Nikolic, que perdió por poco las recientes elecciones frente al moderado Boris Tadic.

Belgrado no fue el único escenario donde se produjeron incidentes. Unos centenares de antiguos reservistas militares serbios protestaron en el sur del país y penetraron en la línea de delimitación con Kosovo, donde se produjeron algunos choques con la policía kosovar.