La Unión Europea (UE) se comprometió ayer solemnemente ante sus ciudadanos a tener en vigor antes de junio del 2009 un nuevo tratado constituyente, que permita superar la actual crisis política, aunque probablemente perderá su denominación de constitucional. "Estamos unidos en nuestro objetivo de dotar a la UE de unos fundamentos comunes renovados antes de las elecciones del Parlamento Europeo del 2009", destaca la Declaración de Berlín con motivo del 50º aniversario de la firma del Tratado de Roma adoptada al concluir la cumbre.

La Declaración de Berlín abre la vía para "reforzar la estructura constitucional interna" de la UE, destacó la cancillera alemana y presidenta semestral de la UE, Angela Merkel. La Declaración de Berlín fue firmada por las tres instituciones comunitarias fundamentales para enfatizar el compromiso político colectivo: Merkel en nombre del Consejo de la UE y de los Veintisiete, Hans-Gert Pöttering, como presidente del Parlamento Europeo, y José Manuel Durao Barroso, como presidente de la Comisión Europea. "Estoy trabajando para asegurarme de que un plan para alcanzar ese objetivo es adoptado antes de finalizar la presidencia alemana en junio y cuento con vuestro apoyo", afirmó Merkel dirigiéndose a los demás dirigentes durante la ceremonia. La cancillera advirtió a sus socios que, si no se aprueba un nuevo tratado que contenga toda la esencia del proyecto de Constitución, será "un fracaso histórico".

Merkel precisó posteriormente en una conferencia de prensa que la cumbre de junio debe servir para poner en marcha una conferencia intergubernamental que reajuste el proyecto de Tratado Constitucional para que pueda ser ratificado por los nueve países pendientes, incluidos Francia y Holanda, que lo rechazaron en referendo en el 2005.

ESCEPTICISMO POLACO Esta conferencia intergubernamental debe ser "corta" y focalizada en los reajustes mínimos para asegurar la ratificación del tratado, prosiguió la cancillera. El objetivo es que la negociación pueda concluir antes de finalizar este año, bajo la próxima presidencia semestral portuguesa de la UE, indicó. El año 2008 se dedicaría a la ratificación del nuevo tratado. No obstante, el presidente polaco, Lech Kaczynski, consideró "irrealista" la fecha del 2009 e indicó el 2011 (cuando Polonia debe presidir la UE) como una fecha más apropiada.

Merkel no quiso precisar cuáles pueden ser los reajustes en el proyecto de Constitución, pero descartó la inclusión de la mención a las raíces cristianas y la modificación del sistema de voto. Y es que, a pesar de las reservas de algunos estados sobre el proyecto de Constitución, Merkel ha decidido pisar el acelerador a fondo para encauzar la UE hacia la adopción de las reformas institucionales y políticas que necesita para afrontar las nuevos desafíos del siglo XXI.

"La UE necesita mayores y mejor definidas competencias en política exterior, justicia, interior y energía", prosiguió Merkel. "Una política exterior y de seguridad común en Europa es en estos momentos absolutamente indispensable", insistió. El presidente del Parlamento Europeo, Hans-Gert Pöttering, respaldó a Merkel en la defensa del contenido del proyecto.

Merkel efectuó durante la ceremonia una apasionada defensa de la UE y de sus valores, asumiendo el liderazgo político que faltaba entre los Veintisiete. Advirtió que los éxitos de la UE, su paz y prosperidad, no pueden darse por garantizados, sino que "deben ser consolidados y defendidos sin cesar". "Parálisis significa retroceso. Crear un clima de confianza necesita décadas, pero una noche es suficiente para socavarlo", añadió. "La fuente de la identidad de Europa son nuestros valores fundamentales compartidos. Ellos son los que mantienen a Europa unida", recordó Merkel. "El poder de la libertad --resaltó-- es nuestra mayor fortaleza".

COOPERACION CON EEUU Merkel también resaltó la importancia para la UE de una estrecha cooperación con EEUU, pero señaló que la asociación estratégica con Rusia es igual de importante, una advertencia velada a Polonia, República Checa y países bálticos hostiles a Moscú y entregados a Washington.

La Declaración también menciona "combatir juntos el terrorismo, el crimen organizado y la inmigración ilegal", pero resalta que la UE "defenderá las libertades y los derechos de los ciudadanos incluso en el combate contra aquellos que les amenazan". "Nunca más debe dejarse una puerta abierta al racismo y la xenofobia", precisa.

La UE reafirma además su compromiso con "la resolución pacífica de los conflictos en el mundo y en asegurarse que las personas no se conviertan en víctimas de guerra". También prima el compromiso de "promover la libertad y el desarrollo en el mundo".