Mientras visitaba las zonas de EEUU devastadas el jueves por varios tornados y anunciaba ayudas federales para evitar que renazcan las críticas del Katrina , el presidente de EEUU, George Bush, prometió ayer en su grabado discurso radiofónico a la nación de los sábados poner fin al último escándalo que ha vivido el Ejército: las deplorables condiciones del hospital Walter Reed, donde se tratan a heridos de Irak y Afganistán. El escándalo, destapado por el diario The Washington Post , ya se ha cobrado la dimisión de dos generales y del secretario del Ejército, Francis Harvey, el mayor cargo civil del Pentágono.

No es habitual que la Casa Blanca adelante el discurso de Bush de los sábados, pero el viernes tuvo que hacerlo ante el cariz que tomaba el escándalo del Walter Reed. "Alguna de nuestras tropas en el Walter Reed han experimentado retrasos burocráticos y condiciones de vida muy inferiores a las que se merecen. Esto es inaceptable para mí y para el país, y no va a continuar", dijo Bush.

El presidente se quedó corto: en el Walter Reed, los soldados se recuperaban en unas instalaciones infestadas de roedores, moho y cucarachas. La falta de medios y la excesiva burocracia ocasionaban retrasos en los tratamientos y las operaciones.

CASO OMISO Según un memorando del hospital, hecho público el pasado septiembre, se advirtió de que la decisión de privatizar parte de sus servicios ponía en riesgo la atención a los pacientes. Pero los responsables militares no solo no hicieron caso, sino que cuando The Washington Post publicó lo que ocurría se enrocaron en una postura defensiva que acabó irritando al secretario de Defensa, Robert Gates. Como resultado, Harvey, el general responsable del hospital y su sucesor se vieron forzados a dimitir y otros oficiales han sido enviados a otros destinos.

Bush se encuentra con otro escándalo en el Ejército, justo cuando en el Congreso se debate su petición de financiación de la guerra en Irak y Afganistán, y cuando las noticias de ambos países siguen siendo malas (ayer, tres soldados más murieron en Bagdad). Llueve sobre mojado, después de las críticas por la falta de medios de los soldados, de que las pasadas Navidades el Ejército enviara cartas de alistamiento a 275 militares muertos o heridos y de que un informe filtrado esta semana alertara de que casi el 90% de unidades de la Guardia Nacional no están preparadas para sus misiones.

LOS VETERANOS Ante esta situación, la Casa Blanca ha decidido mostrarse firme con el escándalo del Walter Reed, que irrita a los veteranos de guerra, un vivero de votos y de apoyo. A las dimisiones, Bush ha añadido la creación de una comisión investigadora del escándalo y de una comisión bipartidista para estudiar cómo mejorar el cuidado a los veteranos. Ayer anunció que ampliará en 86.000 millones de dólares el presupuesto para la atención médica a veteranos.