Cuando hace unas semanas la NBC se decidió a emplear la expresión "guerra civil" para hablar de la situación en Irak, la Administración de George Bush denostó la decisión. Sin embargo, los informes de esa Administración y, en concreto, el último elaborado por el Pentágono, arrojan cifras escalofriantes que demuestran una crisis de violencia que ha alcanzado niveles hasta ahora desconocidos. Cada semana se producen 960 ataques en el país. Aunque el principal objetivo son los militares estadounidenses, son iraquíes la mayoría de muertos y heridos.

El informe del Pentágono ha estudiado la situación en Irak entre agosto y principios de noviembre. Y los ataques registrados, un récord desde que el Departamento de Defensa empezó en el 2005 a hacer estos seguimientos trimestrales, confirman un aumento del 22% en el número de agresiones respecto al trimestre anterior.

BRECHAS El estudio es más duro que en otras ocasiones en sus críticas a las milicias chiís, y aunque apunta a que un liderazgo efectivo del Gobierno iraquí puede frenar una guerra civil, señala que no hay casi indicios de progreso en seguridad.

La presentación de las conclusiones coincidió con la toma de posesión, el lunes, del nuevo Secretario de Defensa, Robert Gates. Asimismo, llega cuando el Gobierno muestra más señales de disensión interna, y cuando la Casa Blanca y los mandos militares mantienen más discrepancias que nunca sobre la necesidad de reforzar la presencia militar en Irak.

Según explicaba ayer The Washington Post , la Junta de Jefes del Estado Mayor se opone a la idea que baraja la Casa Blanca de enviar entre 15.000 y 30.000 soldados a Irak en una misión de entre seis y ocho meses.

Fuentes militares critican esa propuesta y afirman que es un clavo ardiendo al que se aferra una Casa Blanca sin misión definida. Advierten de que una misión corta podría dar un impulso a todas las facciones armadas en Irak y no supondría ninguna ventaja para la misión de EEUU ni para el Ejército iraquí.