Los problemas de conciencia de dos anestesistas regalaron ayer 19 horas y media más de vida a Michael Angelo Morales, un reo que aguardaba anoche su ejecución en la prisión de San Quintin (California), por violar y asesinar a una adolescente de 17 años en 1981. Morales debía haber sido ajusticiado la medianoche del lunes por inyección letal, pero la negativa de los anestesistas a colaborar en la ejecución forzó su retraso hasta las 19.30 de ayer (4.30 de esta madrugada en España), apenas cuatro horas y media antes del límite legal para llevarla a cabo.

"Intervenir no sería ético, así que nos hemos negado a participar en este proceso", dijeron los anestesistas. Fue la última sorpresa del tortuoso camino hacia la muerte de Morales, que tiene 46 años y ha agotado ya sus posibilidades de solicitar su retraso. El Supremo se negó el lunes a escuchar su caso, y el gobernador de California, Arnold Schwarzenegger, denegó por segunda vez una petición de clemencia.

El parón en el engranaje de la muerte que debía haber acabado con la vida de Morales en California se debió a la insólita postura del juez federal Jeremy Fogel. Hace una semana, este magistrado aceptó las tesis de los abogados del reo, quienes rechazaron su ejecución argumentando que las drogas de la inyección letal que debía acabar con su vida le causarían dolor si no estaba bien sedado. Este dolor, siquiera por unos minutos, constituiría el castigo cruel e inhumano que prohíbe la Constitución, sostuvieron los magistrados.

Fogel ordenó entonces a la prisión que contase con un anestesista --y un suplente-- para certificar que el reo estaba bien sedado y no sufría en su ejecución. El juez ofreció como segunda opción cambiar las drogas letales administradas por una sobredosis de barbitúricos, precisamente la que ayer eligieron las autoridades de San Quintin, en vista del plantón de los anestesistas.

La prisión dispone de 24 horas para ejecutar la sentencia y, de no hacerlo, tendría que pedir una nueva orden de ajusticiamiento al mismo juez que la dictó en 1983. Pero este magistrado, Charles McGrath, quizá ahora ya no está dispuesto a emitirla, en vista de que se ha sumado a las peticiones de clemencia para Morales presentadas al gobernador de California.

COCTEL LETAL El cóctel letal que se inyecta en California a los reos de muerte es el mismo que emplean otros 35 estados de EEUU, por lo que la postura de los anestesistas de San Quintin podría tener repercusiones.