Tony Blair no estaba ayer en el número 10 de Downing Street, cuando un grupo de familiares de soldados británicos muertos en Irak llamó a la puerta para darle un ultimátum. A menos de 48 horas de la apertura de los colegios electorales, esa visita era lo último con lo que quería encontrarse el laborista.

Los que han perdido a los suyos en la invasión le acusan personalmente de su desgracia. Ayer fueron a exigirle que abra una investigación independiente sobre la legalidad de la guerra y sobre las circunstancias en que han muerto algunos soldados. Las familias de 10 víctimas le dan dos semanas de plazo. Si la respuesta es negativa, tratarán de emprender acciones legales ante los tribunales.

"El Gobierno no escucha"

"Tony Blair debe ser castigado, porque básicamente es un mentiroso y mi hijo ha muerto a causa de sus mentiras", afirmó una de las peticionarias, Rose Gentle, madre del soldado Gordon Gentle, caído hace un año. Rose ha dado sentido a su dolor presentándose como candidata independiente contra el secretario de Estado de Defensa, Adam Ingram, en el distrito escocés de East Kilbride. " Me presento porque el Gobierno no nos escucha cuando hablamos de Irak", denunció.

Blair sigue haciéndose el sordo. "No me parece razonable una nueva investigación. El fiscal general ya dijo que la intervención era legal", le respondió a Jon Snow, de Channel 4 News.

Ann Toward, que el lunes perdió a su marido, también culpa a Blair de su muerte. Anthony Wakefield quedó destrozado por una bomba. Tenía 24 años y deja tres huérfanos. "La culpa es de Tony Blair por haber mandado a las tropas. Si no lo hubiera hecho, Anthony estaría aquí y mis hijos tendrían un padre", dijo en televisión, rodeada de los pequeños. Ningún partido ha querido explotar la trágica coincidencia del incidente con la campaña, pero la imagen de la viuda no ayudará a los laboristas a recaudar votos.

Paul Bigley, el hermano del ingeniero británico secuestrado y ejecutado el año pasado por los insurgentes, ha pedido desde las páginas del diario The Independent "que todo el que ha perdido a un ser querido en Irak se asegure de que Blair no es reelegido".

El primer ministro tiene en su propio feudo alguien que le recuerda los fraudulentos argumentos con que planeó la invasión. Reg Keys, un conductor de ambulancias ya jubilado, padre del soldado Tom Keys, muerto en una emboscada al sur de Irak, es hoy rival de Blair en el distrito del primer ministro en Sedgefield, al norte de Inglaterra. "Por supuesto que me he tomado la campaña con pasión. A mi hijo le dejaron sin la mitad de la cara y tenía 31 balas en el cuerpo", exclama.

Asesoría legal

La agrupación Detener la Guerra ofrece asesoría legal a familiares de las víctimas. Los expertos dudan de que una denuncia contra Blair vaya a ser aceptada. Pero Shaun Brierly está dispuesto a intentarlo: "Tony Blair mintió. Envió a mi hijo a la muerte sin necesidad".