La intensificación y los cada vez más indiscriminados ataques de la resistencia leal a Sadam Husein llevaron ayer al secretario general de la ONU, Kofi Annan, a anunciar la retirada temporal de Irak de parte del personal internacional de la organización. En pleno debate de la Asamblea General de Naciones Unidas, el anuncio de Annan fue una clara bofetada al presidente de Estados Unidos, George Bush, que desde la tribuna de la ONU ha reclamado una mayor implicación internacional en Irak, pero que con sus miles de soldados ocupando el país es incapaz de garantizar la seguridad.

El portavoz de Annan, Fred Eckhard, informó de que 19 de los 105 empleados internacionales que la ONU tiene actualmente en Irak abandonarán el país en los próximos días y se instalarán en Jordania, donde esperarán que la seguridad mejore. Permanecerán 42 empleados en Bagdad y otros 44 en el norte del país.

SUCESIVOS RECORTES

Eckhard insistió en que no se trata de "una evacuación", sino de una reducción del personal de la organización, que el lunes sufrió el segundo atentado en un mes. En el primer ataque, el 19 de agosto, murieron el máximo representante de la ONU en Irak, Sergio Vieira de Mello, y 21 personas más. Desde entonces, el personal de la ONU en Irak ha ido sufriendo sucesivos recortes, pues hasta esa fecha trabajaban en el país unos 600 empleados.

El anuncio de la retirada del personal de la ONU se hizo tras conocerse la muerte de Aquila al Hashimi, miembro del Consejo de Gobierno iraquí, que sucumbió a las heridas sufridas el sábado cuando fue ametrallada. Al Hashimi fue intervenida quirúrgicamente en dos ocasiones.

El atentado contra Al Hashimi fue un duro golpe para las intenciones de Washington de normalizar la vida política en Irak. El administrador norteamericano, Paul Bremer, hizo pública ayer una nota en la que rindió homenaje "a esta campeona de la libertad y de la democracia".

LA CADENA NBC

Pero además, los corresponsales occidentales pasaron a engrosar la lista negra de la resistencia, después de que un artefacto explosivo junto a un hotel bagdadí en el que se alojaba el personal de la cadena NBC acabara con la vida de un trabajador somalí.

En la enésima jornada negra para los soldados ocupantes, ayer fueron atacados también dos vehículos militares estadounidenses en el oeste de Mosul. Ocho soldados resultaron heridos, tres de ellos graves. Siete civiles murieron por la explosión de un obús de mortero en Baquba, a 60 kilómetros al noreste de Bagdad.

Por otro lado, el Ejército estadounidense exculpó ayer de toda responsabilidad a los soldados que dieron muerte a nueve agentes de la policía iraquí el pasado día 12 en Faluya.