El apoyo incondicional de José María Aznar a la estrategia belicista del presidente de EEUU, George Bush, empieza a pasarle cuentas en la Unión Europea (UE). El canciller alemán, Gerhard Schröder, ha excluido al jefe del Gobierno español de la cumbre tripartita sobre la crisis de Irak que celebrará el sábado en Berlín junto al primer ministro del Reino Unido, Tony Blair, y el presidente francés, Jacques Chirac.

Según el portavoz del Gobierno alemán, Bela Anda, la iniciativa de Schröder de reunir a Blair y Chirac "tiene por objeto establecer criterios comunes en política exterior, una vez comprobadas las diferencias respecto a Irak". Tras la profunda brecha que la guerra de Irak abrió dentro de la UE entre el eje París-Berlín, de una parte, y el frente Londres-Madrid, de la otra, el canciller alemán y el presidente francés se han propuesto restañar heridas y recomponer el consenso europeo para afrontar la reconstrucción y la normalización democrática del país árabe.

EL UNICO AUSENTE

La ausencia de Aznar en la cumbre tripartita de Berlín cobra especial relevancia por cuanto España, al igual que Alemania, ocupa un asiento no permanente en el Consejo de Seguridad de la ONU, en el que Francia y el Reino Unido tienen derecho de veto. De los cuatro líderes de la UE con voz y voto en el Consejo de la ONU, Aznar será, pues, el único que no asista a una cita destinada a unificar las posturas europeas sobre la posguerra iraquí.

Para justificar la marginación de Aznar, un portavoz del Gobierno alemán alegó que Schröder ha auspiciado "un encuentro de los grandes de la UE, tres países unidos por intereses comunes y que, a pesar de sus diferencias, han desarrollado una sólida relación". Diplomática explicación con la que el citado portavoz no hacía sino desdeñar el papel subalterno que, a su juicio, juega España en el concierto europeo.

Pero las fuentes consultadas también justificaron la exclusión de Aznar de la cumbre de Berlín por entender que las pésimas relaciones que mantiene con Schröder dificultarían la búsqueda del consenso. Incluso adelantaron que el canciller alemán y el presidente español no se reunirán "en los próximos meses".

ROSARIO DE DESENCUENTROS

La nula sintonía entre ambos mandatarios empezó a forjarse durante la negociación en la que Aznar batalló por conservar las ayudas europeas, que Schröder se empeñaba en recortar; se afianzó cuando España vendió la empresa armamentística Santa Bárbara a la estadounidense General Dynamics, ignorando la oferta alemana; y se evidenció la pasada semana cuando el canciller despreció el crecimiento económico español, que atribuyó básicamente a las subvenciones comunitarias.

La Moncloa se esforzó ayer en quitar hierro a este desplante alegando que Aznar ya se reunió la pasada semana con Chirac, que este domingo lo hará en Chequers con Blair --quien le informará de la cumbre de la víspera-- y que después se entrevistará con Bush en Nueva York.