Ahmed Qorei. El nuevo primer ministro, alias Abu Alá, no parece destinado ni a eternizarse en el cargo ni a asumir más protagonismo del que decida un presidente palestino asediado en la Mukata. Yasir Arafat le ha elegido para gestionar el previsible fracaso de las negociaciones de paz, si es que éstas se reanudan.

Qorei, la penúltima baza de Arafat, será el político a sacrificar cuando la presión de sus huestes más radicales y del Gobierno israelí se haga insoportable para Arafat. Este confía en él como confiaba en Abu Mazen y de él exigirá obediencia ciega como se la exigió a su predecesor. Abu Alá, como Abu Mazen, es un político con los pies de barro: carece de respaldo popular y es visto con recelo por los palestinos.

Con fama de conciliador, el presidente del Parlamento palestino nació cerca de Jerusalén en 1937 en una familia acomodada. En su juventud se enroló en Al Fatah. Como contable, trabajó 14 años en un banco, antes de iniciarse en la política en los 70. Tras la estela de Arafat, fue elegido miembro del Consejo Revolucionario de Al Fatah en 1989 y se convirtió en uno de los artífices de los Acuerdos de Oslo (1993).