El secretario de Estado de EEUU, Colin Powell, efectuó ayer una nueva y relámpago misión imposible en Oriente Próximo, en la que dejó claro a palestinos e israelíes varios mensajes: EEUU considera a Hamas el "enemigo de la paz", no puede permitirse que el terrorismo haga descarrilar el proceso de paz, una tregua de los grupos armados palestinos no es suficiente e Israel debe ceder la seguridad de la franja de Gaza y Belén a la Autoridad Nacional Palestina (ANP).

Mensajes, pues, para los tres actores que han redefinido sus papeles en el conflicto tras la cumbre de Aqaba del pasado 4 de junio: Hamas, el Gobierno conservador de Ariel Sharon y el Ejecutivo de Abu Mazen. Mensajes que son más gratos de oír para los israelíes que para los palestinos y que tuvieron rápidas respuestas, tanto con palabras como con hechos: Hamas asesinó a un israelí cerca de Ramala en plena visita de Powell.

Powell se entrevistó en Jerusalén con Sharon y los ministros israelíes de Exteriores, Silvam Shalom, y de Defensa, Shaul Mofaz, mientras que en Jericó se vio con Abu Mazen. En Jerusalén, Powell trató con los representantes israelíes la aplicación de sus obligaciones dentro de la primera fase de la Hoja de ruta y las negociaciones de la ANP con Hamas para lograr una tregua.

ELOGIOS A ABU MAZEN

El secretario de Estado reafirmó el compromiso de George Bush con la Hoja de ruta y dijo algo que esperaban Sharon y su Gobierno: "Quiero conocer los esfuerzos que está efectuando Abu Mazen, no sólo para tener la violencia bajo control con una tregua, sino para acabar con ella y la capacidad de generarla". Es decir, EEUU abraza la última postura israelí de que una tregua no es suficiente, sino que la ANP debe desarmar a los grupos armados. "Un alto el fuego es una bomba de relojería", dijo Shalom.