MADRID. El rechazo a la guerra contra Irak llegó ayer a la sede nacional del Partido Popular, en la madrileña calle de Génova. Dos activistas de Greenpeace se encaramaron a la marquesina del edificio, donde colocaron un cartel con el lema ´No a la guerra´ mientras, en la acera, sus compañeros realizaban un simulacro de bombardeo. La popular Ana Mato les aseguró que el PP "está trabajando por la paz". REDACCION