Para quienes no conocen Fersa, Oehling lo explica con claridad: “Fabricamos rodamientos que van desde bicicletas hasta turbinas eólicas, pero siempre con un enfoque de valor añadido”. Su especialización en nichos como el sector de camiones y la industria eólica ha sido clave para su posicionamiento. "No nos enfocamos en rodamientos genéricos, sino en aquellos que ofrecen un diferencial competitivo", destaca. Navarro resalta la importancia de esta especialización, que también es parte de la filosofía de Banco Sabadell: “Nosotros acompañamos a nuestros clientes adaptándonos a sus necesidades, lo que creo que es fundamental para el futuro”.
Sin embargo, la internacionalización ha sido una necesidad para Fersa debido a la desindustrialización en España. “Nuestro principal mercado es Estados Unidos, seguido de China y Europa. Siempre buscamos rodamientos de mayor valor donde podamos ofrecer un diferencial competitivo”, explica Oehling. Esta expansión global se refleja en sus seis fábricas distribuidas entre Asia, Europa y América.
La sostenibilidad es otro eje central en la estrategia de Fersa. Desde la reducción de emisiones de CO2 hasta la creación de rodamientos con menor fricción para mejorar la eficiencia energética, la empresa ha adoptado medidas concretas que impactan tanto el medioambiente como su propuesta de valor. “Nuestros últimos desarrollos permiten ahorrar hasta un 7% en combustible o energía en aplicaciones de automoción”, comenta Oehling. En este punto, Navarro coincide en que la sostenibilidad es un desafío prioritario para empresas y bancos. “En Banco Sabadell queremos contribuir a un futuro más sostenible sin perder la cercanía con nuestros clientes, un valor que compartimos con Fersa”.
El futuro de Fersa pasa por la innovación y la transición hacia la mecatrónica, donde los rodamientos se convierten en parte de sistemas inteligentes. “Incorporamos sensores a nuestros rodamientos, permitiendo recopilar datos que luego se procesan mediante algoritmos e inteligencia artificial. Así, nuestros productos no solo son más eficientes, sino que también contribuyen a sistemas autónomos y a una mayor productividad”, explica Oehling.
Navarro destaca el potencial de estas tecnologías y cómo pueden integrarse con el Big Data y la inteligencia artificial para hacer los procesos más eficientes. “La clave está en aprovechar estos avances manteniendo la conexión humana y el valor añadido”.
Fersa tiene una historia marcada por su capacidad de superación. Fundada en los años 40, la empresa casi desaparece en los 90, pero fue rescatada por sus trabajadores y transformada en una sociedad anónima en 2002. Hoy, combina la tradición familiar con una visión global. "Es un caso de supervivencia más que de éxito", afirma Oehling, destacando cómo la diversificación de mercados y sectores ha sido esencial para su equilibrio y crecimiento. Por su parte, Navarro subraya la importancia del acompañamiento del Banco Sabadell en esta trayectoria: “Hemos estado cerca de Fersa en su expansión internacional, compartiendo valores como la cercanía con el cliente y la búsqueda de eficiencia”.
Con presencia en los cinco continentes y una apuesta constante por la innovación y la sostenibilidad, Fersa se proyecta como un referente en su sector. “Nuestro reto es seguir internacionalizándonos, completando nuestra gama de productos y adaptándonos a las necesidades de nuestros clientes”, concluye Oehling.