CARMEN LÓPEZ

Consejera delegada de Vegenat

"La tecnología ha hecho de Vegenat la empresa líder del sector en Europa"

POR ARMANDO HUERTA

Nacida en Badajoz, vivió en su infancia en una casa que está dentro de las propias instalaciones de Vegenat en Pueblonuevo del Guadiana. Segunda generación en la empresa familiar que fundaron sus padres, Carmen López lidera una empresa dedicada a la producción de materias primas deshidratadas que exporta a más de cincuenta países de todo el mundo. En cebolla blanca, su producto estrella, están en cifras récord de producción y facturación.

La compañía, que ha invertido 4 millones en transformación digital, se apoya en la inteligencia artificial para mejorar su proceso de producción
ARMANDO HUERTA. Pueblonuevo del Guadiana (Badajoz) – Ustedes se han especializado en deshidratar cebolla, cítricos, aceituna y anchoa. ¿A quiénes lo venden?

– Nuestros principales clientes son grandes industrias del mundo de la alimentación. Trabajamos con los principales aromistas del mundo; Givaudan, Griffith o Kerry. Nuestros productos se utilizan como ingredientes clave en la elaboración de recetas o como mezcla para condimentar los alimentos, casi todo lo que se hace en el sector del snack lleva nuestra cebolla; las patatas fritas Lay´s, por ejemplo. También trabajamos con cadenas de restaurantes como McDonald’s o Domino´s Pizza. En el caso de los cítricos, la aplicación es muy amplia, se usa en repostería, chocolates, té… Pero, sobre todo, se está utilizando mucho como ingrediente en los procesos de fermentación de bebidas espirituosas o cervezas para conseguir notas cítricas en el sabor.

– Viaja uno a Roma, París, Berlín o Lisboa. Entra en un McDonald’s y come, sin saberlo, cebolla blanca deshidratada que Vegenat produce en un municipio de 2.000 habitantes de Badajoz llamado Pueblonuevo del Guadiana...

– Así es. La cebolla que nosotros le hacemos a McDonald’s no se ve, se siente. Es uno de los ingredientes secretos de alguna de sus hamburguesas. Le aporta un toque crunchy y delicioso a su salsa. En cada Big Mac te comes tres gramos de cebolla blanca deshidrata de Vegenat. Suministramos a toda Europa; España, Portugal, Italia, Francia, Alemania, Dinamarca, Suecia, etc. Esta alianza, que se remonta a finales de los años 90, fue un punto de inflexión muy importante para nosotros. Hasta entonces habíamos producido un gran abanico de productos, pero fue por aquel entonces cuando decidimos centrar todos nuestros esfuerzos en la producción de cebolla blanca deshidratada.

– Un cliente muy importante...

– Yo siempre digo que nuestros clientes han sido el motor que nos ha impulsado a estar en permanente cambio y adaptación. Con ellos hemos trabajado en constante colaboración y sinergia para responder a sus necesidades. Para Vegenat, McDonald’s, al igual que otros muchos, es un socio, no un cliente. Parte de lo que hoy es Vegenat se lo debemos a nuestros clientes, que nos han ido confiando y exigiendo mucho en cuestiones de calidad, trazabilidad y seguridad alimentaria. Te puedo asegurar, porque llevo muchos años trabajando con ellos, que a diferencia de lo que piensa la gente, comer en McDonald’s es sinónimo de comer en un restaurante con unos altísimos estándares de calidad, con unos estrictos controles de salubridad e higiene.

"Somos líderes europeos en cebolla blanca deshidratada"

– Hoy en día, están muy focalizados en la producción de cebolla...

– Sí. El 80% de lo que producimos ahora mismo es cebolla blanca deshidratada. Estamos especializados en cebolla de baja bacteriología (ultra y extra low) y somos líderes europeos. Ofrecemos una calidad muy concreta y con mucha seguridad alimentaria. Gracias a la digitalización hemos conseguido controlar la calidad de nuestro producto durante todo el proceso productivo. Hemos invertido cuatro millones en transformación tecnológica y nos hemos apoyado en la inteligencia artificial para optimizar los procesos. Esto nos ha convertido en una empresa líder de nuestro sector en Europa.

– Y están en cifras récord de producción, he leído.

– Llevamos dos años haciendo producciones récord en cebolla. El año pasado producimos 6.500 toneladas y este año vamos a llegar a las 7.000.

– No les ha ido mal en pandemia.

- Tener hoy una industria en Europa, con todos los problemas de abastecimiento que ha habido durante la pandemia, es un valor al alza. Afortunadamente a nosotros se nos consideró industria prioritaria y hemos estado trabajando sin descanso durante todo este periodo. El balance, pese a lo terrible de la situación, es positivo. Hemos crecimos en 2020 un 9,3% respecto al año anterior.

– La cebolla les está funcionando y están volcando su producción en ella frente a otros productos.

– Hasta hace muy poco Vegenat ofrecía tanto productos comercializados como productos de producción propia. Siempre nos ha servido como estrategia para darle un servicio integral al cliente. Sin embargo, con la pandemia hemos tenido que tomar decisiones y una de ellas ha sido la de centrarnos en nuestros productos (cebolla, naranja, limón, aceituna y anchoa) y dejar los comercializados. ¿Por qué? La crisis de las materias primas es generalizada y a mí me cuesta tanto como al cliente potencial encontrar producto. Tengo subidas de precio permanentes, tengo problemas para traerme la mercancía porque hay una crisis tremenda en el transporte y, además, hay una inestabilidad muy grande en el mercado que impide garantizar el servicio a mis clientes. Ante la posibilidad de fallar es preferible no comprometerse.

"Nuestra cebolla es ingrediente secreto de alguna de las hamburguesas de McDonald’s"

– Y los precios al alza...

– Estamos viviendo además una crisis inflacionaria. Hay subida de costes generalizada, sin visos de que vaya a terminar pronto. A nosotros, como a todo el mundo, nos están subiendo los costes de producción, principalmente por todo lo que tiene que ver con la energía, los envases y embalajes, y la materia prima. Esperemos que la situación se ajuste pronto porque ciertamente no es sostenible.

– Exportan a medio mundo, tengo entendido.

– Actualmente estamos exportando a 52 países. Contamos con un gran departamento logístico capaz de llevar un contenedor o un camión a cualquier parte del mundo; desde Sudáfrica hasta Singapur, China, Japón, Australia o Canadá. Nuestro principal mercado sigue siendo Europa, pero la globalización hace que podamos vender en cualquier parte del mundo.

Carmen López, en la fábrica de Vegenat en Pueblonuevo del Guadiana. |
Fotografía: Santiago García

– ¿Alguna zona o país del mundo en el que crean que pueden tener mucha mayor presencia?

– Históricamente nunca hemos podido vender cebolla en EEUU. Los aranceles y la logística encarecían el precio del producto y no éramos competitivos. Sin embargo, con la pandemia cada vez hay menos empresas que se dediquen a hacer lo que nosotros hacemos y, como siempre, ello nos abre un abanico de posibilidades. Ahora alguno de nuestros clientes internacionales nos considera una opción viable para exportar a EEUU y eso podría ser una grandísima oportunidad para nosotros.

– Su negocio está más fuera de España que dentro...

– En España podemos estar vendiendo alrededor de 1.200 toneladas de cebolla al año. Unas 5.500 toneladas van al resto del mundo.

– ¿Qué quiere ser Vegenat de mayor?¿qué objetivos se marca?

– Nuestro principal objetivo es crecer de forma sostenible. Queremos alcanzar una producción de unas 10.000 – 11.000 toneladas de cebolla. Para ello estamos trabajando en diferentes proyectos; la mejora genética de nuestras variedades para incrementar el porcentaje de materia seca o desarrollar cebollas con cierta resistencia a plagas y/o enfermedades. Otro reto muy importante para nosotros sería ampliar nuestra ventana de producción y así empezar antes con nuestra campaña y que la fábrica este el menor tiempo posible parada.

– La innovación ha sido siempre seña de identidad de Vegenat.

– Si algo ha caracterizado a esta casa ha sido la I+D+i. La innovación ha sido clave. Hace tres años que Vegenat segregó su división de Nutrición y Dietética Clínica, pero imagínate hasta qué punto ha sido fundamental en nuestra trayectoria. Partimos como una empresa de materias primas deshidratadas y nos convertimos en la única empresa española que desarrollaba y producía productos de nutrición y dietética clínica.

"Extremadura es la gran olvidada y es una lástima"

– Y luego, en busca de innovación, han probado con materias primas diferentes -han diversificado- hasta que decidieron concentrarse en las que mejor les funcionan...

– Siempre hemos estado abiertos a hacer pruebas. Venía alguien y nos preguntaba: “oye, ¿qué os parece si...?” Nunca hemos dicho que no. Hemos hecho tomate, pimiento, puerro, cebolla, col, brócoli, patata, zanahoria. De todo. Ahora ya, lógicamente, después de cuarenta años y con un enfoque diferente, hemos focalizado nuestra producción.

– Ustedes además trabajan con una variedad propia de cebolla.

– Sí. Nosotros no podemos comprar cualquier cebolla, el porcentaje de materia seca es clave en nuestro proceso. A través de nuestro departamento de fitomejora desarrollamos nuestras propias variedades. No tenemos una única variedad, dependiendo de la zona de siembra utilizamos una u otra. Trabajamos con variedades tempranas, de temporada y tardías. La cebolla de plaza, como se le llama a la cebolla que compramos en el supermercado, tiene un porcentaje de materia seca del 5% mientras que la nuestra está en el entorno del 20%. Nosotros gestionamos el cultivo de la semilla y posteriormente se la damos a nuestros agricultores, además de apoyarles en la gestión del cultivo. De esta forma, tenemos trazabilidad total de la materia prima.

– Falta mano de obra en el campo.

– Falta mano de obra y, sobre todo, mano de obra cualificada. Encontrar un tractorista con conocimientos digitales nos resulta muy difícil. Hoy en día es imposible comprar un tractor de nueva generación que no tenga un GPS o un dispositivo digital que haya que manejar. El sector agrícola se encuentra ante un reto muy importante: digitalizar el campo y contar con personas que estén dispuestas a recorrer ese camino de especialización y cambio. Vivimos tiempos difíciles en el sector, los márgenes son ripios y resulta complejo encontrar jóvenes que quieran coger el testigo. ¿quién quiere gestionar un negocio deficitario? Nadie. Debemos plantearnos qué lugar darle a la agricultura. En mi opinión, creo que merece un lugar muy importante, si algo nos ha demostrado la pandemia es que gracias al trabajo de los miles de agricultores que tenemos en España, no ha faltado la comida en la mesa. Trabajemos para que no falte.

– Que Vegenat tenga su sede en un pueblo de 2.000 habitantes impulsa el desarrollo rural. Además del empleo en fábrica, generan empleo indirecto en el campo y contribuyen, por tanto, a fijar población.

– Sin lugar a dudas. En torno a unas 500 familias viven hoy alrededor del negocio de Vegenat.

– ¿Qué hace falta en Extremadura para que tengan mayores oportunidades las empresas y las personas? ¿mejores comunicaciones?

– Que no hayamos conseguido tener unas mejores infraestructuras para mejorar nuestras comunicaciones es un hándicap a todos los niveles. Ante la demanda incesante por parte de los extremeños de mejorar nuestras comunicaciones, nos dieron la feliz noticia de que el avión se convertía en un bien de interés público, por fin teníamos dos vuelos diarios que nos conectaban con la capital. Con la excusa de la pandemia nos cortaron el grifo y de momento el servicio no se ha restituido pese a haber vuelto a la normalidad. Extremadura es la gran olvidada y es una lástima. Es verdad que somos muy poquitos y tenemos una extensión muy grande, pero eso no quita para que podamos hacer cosas grandes en nuestra tierra. Extremadura tiene un capital humano y un capital empresarial maravilloso. Aquí hay gente muy brillante que hace las cosas muy bien y que ha creado empresas de muchísimo éxito pero necesitamos estar conectados con el mundo.

– Cada vez son más las mujeres que, como usted, asumen la máxima responsabilidad al frente de empresas. ¿Qué hace falta para avanzar en la igualdad?

– No existirá igualdad laboral en tanto en cuanto la conciliación familiar no sea una corresponsabilidad de todos; empresa, agentes sociales, hombres y mujeres. Para ello es indispensable que contemos con una serie de herramientas que, a día de hoy, no tenemos. Por ejemplo, necesitamos que las guarderías y los colegios tengan horarios adaptados a las jornadas laborales. Habría que coordinarse para que, de alguna manera, todos los agentes implicados, padres e hijos, entremos a trabajar y estudiar a la misma hora. De esa manera nadie tendría que renunciar, y la igualdad sería una realidad más plausible para todos. Desgraciadamente todavía hoy sigue renunciando, en la mayoría de los casos, la mujer.

En cifras:
  • 22 M FACTURACIÓN
  • 9 % CRECIMIENTO ANUAL
  • 52 PAISES
  • 658 CLIENTES
  • 82% EXPORTACIÓN
  • +100 EMPLEADOS

Datos: 2020

EN CLAVE PERSONAL

Pasión por el diseño

Carmen López es una persona inquieta y polifacética. En su agenda de trabajo se alternan los constantes viajes de ida a Pueblonuevo del Guadiana, por Vegenat, ylos billetes de regreso a Madrid, donde vive con su familia, para supervisar cómo marcha Bakari, la firma de complementos de moda que ella misma fundó hace 6 años.

Comenzó a trabajar en la empresa familiar en el año 2008 y, desde entonces, ha formado parte del proyecto Vegenat. No obstante, Carmen ha hecho de su pasión por el diseño un proyecto personal y ha creado su propia empresa. En el año 2015, movida por la inquietud y el gen emprendedor que le corre por las venas, decidió poner en marcha su marca de accesorios de moda. Orgullosa, cuenta que pudo hacerlo gracias al apoyo incondicional que le brindó su familia: “ellos siempre me han animado a cumplir mis sueños”.

Confiesa que desde pequeña disfruta haciendo cualquier tipo de trabajo manual y habla de la admiración que sentía por su abuela Bene, “una bordadora paciente y minuciosa que se entregaba con precisión cirujana a sus obras”. Recuerda que cuando tenía 10 años le pidió a sus padres que le regalaran una máquina de coser que aún conserva, quería crear cosas.

Preguntada por qué otras pasiones tiene en la vida, reconoce que, con ambos proyectos, tiene poco tiempo libre pero siempre que puede se escapa para hacer algún viaje, comer en un buen restaurante, leer algún libro y hacer algo de deporte.

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