Ciclismo

El Giro de Italia se convierte en un drama

Ackermann se impone al esprint y Thomas sigue con la maglia rosa en una jornada marcada por las caídas

Sergi López-Egea

El Giro solo vive de sobresaltos, abandonos y se convierte más en un drama que en una carrera ciclista. Cuando no es el covid, que solo parece azotar a esta carrera dejando libre de su perversidad al resto del mundo, llegan las caídas, mientras aparecen las dudas de qué pasará la semana que viene en la alta montaña por el pésimo tiempo que reina en Italia, unas cumbres que vuelven a llegar demasiado tarde en una prueba dónde, aparte de las desgracias, no se ve un puñetero ataque entre los favoritos.

No escarmentaron el año pasado dejando todo lo bueno para los últimos días cuando ya los corredores estaban demasiado cansados. Algo no se hace bien cuando la mayor parte de las figuras rehúye de correr en Italia, y si encima la prueba se presenta gafada, entonces el Giro se convierte en una tragedia, donde más que los demarrajes que plasman al ciclismo como un deporte de épica, sólo se cuentan el número de bajas entre retirados por el covid, o los que se caen y acaban la 11ª etapa en ambulancia, como le ha ocurrido este miércoles al tercero de la general, el británico Tao Geoghegan Hart.

Cayeron en una bajada los tres primeros clasificados: Geraint Thomas, ‘maglia rosa’, se subió de inmediato a la bici, como si tuviera un imán enganchado a su cuadro. Primoz Roglic, con un buen golpe en la cadera y el ‘coulote’ roto, tuvo que cambiar de bici, pero también se reintegró de manera más o menos rápida. Sin embargo, Tao se quedó en el suelo y acabó enterrando las ilusiones de volver a ganar el Giro camino del hospital. Por si fuera poco, el principal gregario de Thomas en el Ineos, Pavel Sivakov también quedó muy tocado. Una calamidad absoluta para el conjunto británico que resolvió de la peor manera el debate sobre quién era el jefe de filas y el aspirante a la victoria final. Ya no les queda otra carta que la de Thomas.

También quedó magullado Roglic, la única estrella que se ha atrevido a mover un poco el árbol del Giro para ver si caía algún fruto maduro. Todo ocurrió en una 11ª etapa en la que ocho corredores (siete de ellos por covid) no tomaron la salida. Ganó al esprint Pascal Ackermann, pero visto el panorama del mal fario que rodea al Giro casi fue lo menos noticiable del día.

Quedan solo 140 ciclistas en competición y la ronda italiana solo ha llegado al ecuador de la carrera. 149 acabaron el año pasado. Ahora a ver qué puertos se podrán subir por el mal tiempo. Por ahora ya se ha recortado este viernes la ascensión al Gran San Bernardo ya que la parte final estaba cubierta de nieve.

Si se mira hacia atrás en el Tour de 2022, a estas alturas, Wout van Aert ya había puesto la prueba patas arriba, se había revolucionado la carrera con los adoquines de Roubaix, Tadej Pogacar ya había hecho de las suyas y en la misma 11ª etapa se vivió la fantástica etapa del Granon donde Jonas Vingegaard se vistió de amarillo.

Si se compara a la Vuelta 2022, Roglic ya había ganado su etapa y Remco Evenepoel había atacado para vestirse de líder y demostrar que era el más fuerte de la prueba.

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