Todo marchaba con la tranquilidad prevista para un desenlace al esprint cuando a 4 kilómetros de meta una caída eliminó a Mikel Landa. Las ilusiones del español hundidas en el asfalto mientras el australiano Caleb Ewan celebraba el triunfo de etapa y el italiano De Marchi el mantenimiento de la maglia rosa.

Caída espectacular tras el choque contra un cartel señalizador de carrera que dejó a Landa tendido en el suelo. Su equipo se detuvo, pero llegó a meta sin el ciclista vasco, trasladado en ambulancia al hospital. Así es, a veces, el ciclismo, gloria para unos y desgracia para otros. Landa, que la víspera despertó muchas ilusiones con su ataque camino de Sestola junto a Egan Bernal se despedía de la carrera rosa de la peor forma posible, en ambulancia, en espera de conocer el alcance de su lesión.

Imagen fría que contrastaba con la alegría del australiano Caleb Ewan (Lotto Soudal) en la quinta etapa disputada entre Modena y Cattolica, con un recorrido de 177 kilómetros, ganando el duelo por velocidad a los italianos Nizzolo y Viviani, al colombiano Gavriria y el eslovaco Peter Sagan. También día alegre para De Marchi, quien retuvo la maglia rosa. La segunda plaza se la perdió el estadounidense Dombrowski, afectado por la caída de Landa, ahora la ocupa el belga Vervaeke, a 42 segundos.

Un dúo en fuga

Escapada 2 italianos, Filippo Tagliani (Androni) y Umberto Marengo (Bardiani), éste último famoso durante la fase dura de la cuarentena porque se dedicó a repartir helados a lomo de su bicicleta de una tienda de Collegno, completando a modo de entrenamiento unos 70 kms al día y toneladas de solidaridad. Sabían ambos que no llegarían a la gloria en Cattolica, pero estaban en su derecho de mostrar al mundo sus respectivos maillots como equipos invitados al Giro y su voluntad de animar una etapa muy clara para desenlace al esprint.

Se echaron los muchachos a la llanura de Emilia Romaña partiendo de Módena, la ciudad donde rugen los motores de los coches más selecto y aún suena la potente voz de algún ilustre tenor. Dos de sus ciudadanos más ilustren necesitan poca presentación: Enzo Ferrari y Luciano Pavarotti. El dúo cabalgó por el Valle del Motor, zona que alberga 16.500 empresas, entre ellas las que fabrican "utilitarios" como Ferrari, Maserati, Lamborghini.... hasta pasar el esprint intermedio de Imola, km 70, donde lo animosos Tagliani y Marengo fueron neutralizados.

Landa corta la respiración

Otra escapada se formó con el Androni y Bardiani como protagonistas, representados por Pellaud y Gabburo, con el mismo signo que la anterior. El pelotón rodó tranquilo controlando hasta el momento de meter la quinta marcha. Los aventureros pasaron por Cesena, localidad natal de un "pirata" inolvidable llamado Marco Pantani (km 120) con un minuto de adelanto.

Se hizo rogar la escapada, anulada a 5 kms de meta, con un pelotón que ya iba lanzado. Empezaron las desgracias. Primero cayó el ruso Sivakov, hombre clave del Ineos de Bernal, pero el accidente no le impidió terminar la etapa, pero tal vez se dejó sus opciones en el Giro en el asfalto.

Poco después la imagen de Landa congeló a todo el mundo. El alavés, tendido en el suelo tras chocar contra una señal, daba señales de algo serio, como para retirarse. Su equipo le quiso remolcar, pero todo fue inútil. Una ambulancia le llevó al hospital. Adiós a sus ilusiones en el Giro. Un capítulo amargo para el 'landismo'.

La sexta etapa se disputa este jueves entre Grotte di Frasassi y Ascoli Piceno, de 160 kilómetros. Una jornada importante con tres puertos, a mitad de carrera la Forca di Gualdo (2a, 10,5 kms al 7,3 por ciento) y la Forca di Presta (3a, 4,9 al 4,8) y como traca final hasta meta el ascenso a Piceno (2a, 15 kms al 6). Los escaladores se verán las caras.