A lo largo de su curso, el río Salado dibuja un bellísimo paisaje de quebradas, colinas, barrancos, montañas, desfiladeros y cabezos coronados de antiquísimos hábitats y de torres medievales, guardianes de pasos y defensores de campos de cultivos, sustento de los antiguos pobladores del actual término municipal de Priego de Córdoba. Este río se forma en las cercanías de la aldea de Las Lagunillas, recogiendo en sus inicios las aguas de la vertiente suroriental de la Tiñosa y de las laderas occidentales de la Sierra de Albayate. Tiene la peculiaridad de presentar un tramo alto de agua dulce y el resto de agua salada. En capítulos anteriores, hemos recorrido numerosos parajes de su curso medio y bajo, como son La Cubé, Las Angosturas o El Tarajal. En esta ocasión dirigimos nuestros pasos a su curso alto o tramo dulce, tomando como eje dos carreteras que flaquean el valle del Salado a derecha e izquierda: la carretera A-4152 (de Priego a Algarinejo) y la carretera A-333 (De Priego a las Lagunillas), sustentadas en gran parte, por dos vías pecuarias: la colada del camino de Loja, y la colada del camino de Priego a Las Lagunillas.

Comenzaremos recorriendo la carretera A-333, desde Priego a Las Lagunillas. Pasado el kilómetro 26, un cartel nos anuncia que hemos llegado a la pequeña aldea o diseminado Los Ricardos. Sin embargo, si consultamos el mapa topográfico comprobaremos que aparece con el topónimo de El Salado, denominación que, al parecer, también recibe este conjunto de casas dispersas, que, según figura en el último censo del ayuntamiento de Priego, cuenta con 69 habitantes. En este punto se aparta de la carretera, hacia el oeste, dirigiéndose al cortijo de Los Calderones, la colada del camino de Priego a Las Lagunillas, vía pecuaria en gran parte perdida. En las cercanías del cortijo, en la ladera oriental de la Tiñosa, se localiza la fuente de Los Calderones, en una zona de contacto entre depósitos brechoides y margo calizas. La fuente es de planta rectangular y se surte de un manantial situado unos 10 metros más arriba. Fue restaurada y modificada hace unos años para abastecimiento urbano de la cortijada de Los Ricardos, construyéndose una pequeña caseta y tomas de derivación a la que se desvió el caudal de la antigua fuente, que actualmente aparece desecada. Unos cinco metros más abajo aparecen unos rezumes y vegetación de ribera.

Pero no es la única fuente destacable de la zona. Con más presencia en la toponimia local, aunque de más difícil acceso, está la fuente del Macho. Para llegar hasta ella habrá que continuar por la carretera A-333, que desciende hasta el río Salado, cruzándolo por un puente, en una zona de indiscutible valor paisajístico. El río se rodea de un bien conservado bosque de ribera, con sauces, fresnos y álamos negros.

LA FUENTE DEL MACHO

Para llegar a la fuente del Macho, debemos tomar el camino que discurre por la margen izquierda del río Salado, aguas arriba. Este camino terminará girando a la derecha para dirigirse al cortijo de Comino, pero nosotros debemos continuar por el margen del soto del Salado, hasta que nos topemos con un arroyo afluente. Unos metros más arriba está la fuente.

Se trata de una alberca de planta rectangular de unos 7x6 metros, con un caño. Antiguamente era utilizada como abrevadero y para regadío de las huertas de las cortijadas cercanas, pero en la actualidad solamente es de uso agrícola, aunque guarda un gran interés ambiental.

Al otro lado del río se levanta un cerro amesetado de 843 metros de altitud, conocido como cerro del Puerto, cerro Severo o Cebero. Aquí se localiza un yacimiento ibérico que controlaba el paso natural que servía de comunicación entre los actuales territorios de Priego y Rute y, por extensión, entre la Campiña y la Subbética con Málaga. De hecho, en la cartografía antigua aparece, en lugar de la actual carretera, un carril denominado Camino de Málaga a Priego de Córdoba. En dicho cerro, y especialmente en su caída Suroeste, aparecen multitud de fragmentos cerámicos ibéricos y romanos, así como numerosas monedas iberorromanas y romanas con un alto porcentaje de monedas hispanocartaginesas. Se han encontrado también pequeños bronces y tres piezas durmientes de molino de harina.

Para acercarnos al cerro Severo lo más cómodo es continuar la carretera hasta un puerto que separa dicho cerro, a la derecha de la carretera y hacia el oeste, de otro cerro de 834 metros, situado a la izquierda de la misma y hacia oriente. Un camino que surge a nuestra derecha, nada más remontar el puerto, conduce al cortijo Severo. A la entrada, escrito en una oxidada placa circular, se nos advierte: «Cortijo Cebero, propiedad particular, prohibido el paso», por lo que sería conveniente pedir permiso a la propiedad para entrar en la finca.