el estilo de O’Funkillo está intacto después de tantos años, dos décadas ya, y de sonados divorcios ocasionales de sus miembros. Agua más que pasada ya, Andreas Lutz, colaboraciones y proyectos aparte, continúa capitaneando esta formación que puso al rap-funk sureño en otra dimensión interestelar. Ellos siguen sin inmiscuirse en miserias, reivindicaciones o lacras sociales de actualidad en sus letras. Lo suyo es la diversión y cantar a borbotones a la vida y a los sentidos, a veces «embrutesíos», como ellos mismos dicen, a juzgar por letras de canciones emblemáticas como A shuparla ya, Nos vamos pal Keli, Rulando, Esos cuennos o Riñones al jerez, convertidas ya en clásicos de su repertorio.

Ahora llegan a la sala Hangar de Córdoba con la formación original y con un invitado especial con el que ya han colaborado en varias ocasiones. Se trata de Manu Mart, el carismático cantante del grupo local Estirpe, recientemente decididos a un voluntario letargo que parece no restar ímpetu individual a sus componentes. Muchos de los que supieron en el 2006 de las desavenencias de Andreas Lutz y Pepe Bao, colíderes de O’Funkillo, y asistieron al paréntesis al que sus rencillas sometieron a una de las mejores bandas de funk andaluz, recobraron la ilusión cuando, a principios del 2010, deciden reagruparse para celebrar con una gira el décimo aniversario de su nacimiento como uno de los grupos más interesantes y enérgicos de los últimos tiempos en España.

Cuando había quien atribuía el funky sólo al patrimonio americano, a principios de la década anterior salen estos sevillanos y desmontan el tópico en forma de vitamínico-brutal funk. Si sabroso era ya el género por definición, partir desde Andalucía hizo que el resultado se tornara escandaloso, con tres joyas en forma de disco que fueron a más, hasta ser premiados en el 2006, justo cuando ya no se aguantaban entre ellos, como Mejor Grupo Alternativo en los Premios de la Música.

Si a la variable geográfica le añadimos que en sus comienzos fueron vecinos de un rap punkcadélico, la resultante es una avalancha demoledora de música con mayúsculas llamada O’Funkillo, seguramente la exclamación que les saldría de dentro después de unirse y comprobar cómo funcionaba el invento.

Después de patear todo tipo de escenarios desde 1997 bajo el nombre de Motherfunkers y haciendo principalmente versiones, publicaron una maqueta que vendieron muy bien, lo que les movió a tomarse en serio la posibilidad de fichar por alguien que creyera en lo que hacían.

CÓRDOBA

SALA HANGAR

VIERNES 24

21.30 HORAS