Decenas de ediciones de la Feria de El Arenal han terminado de la misma forma: con un balance del Gobierno municipal ante la prensa en el que al terminar se anuncia la intención de introducir mejoras y de empezar a planificarlas (generalmente convocando una comisión) sin perder ni un día, en el propio mes de junio. Aunque, claro, hay que esperar al desmontaje y conocer las cifras exactas de la edición pasada, dejar unos días para el desmontaje de instalaciones en El Arenal, ajustar las agendas, ya que muchos están de vacaciones, el verano es mala fecha y en otoño la vuelta a la actividad política y ciudadana no deja tiempo para nada. Así que, cuando uno se da cuenta, ya están publicadas en enero las bases para la siguiente Feria.

Y es que lo bueno y lo malo que tiene la Feria para planificar mejoras es que… se celebra cada año. Así, al principio hay tiempo de sobra para que se olviden las buenas intenciones y al final es el propio tiempo el que se echa encima. No es algo nuevo. Basta recordar que el traslado de la Feria a El Arenal, en 1994 se planteó por primera vez con seriedad en 1972, nada menos que 22 años antes. 

Pero a nadie se le oculta que el modelo de feria en El Arenal necesita algo más que un lavado de cara, incluso ya desde las primeras ediciones. En ello puede ir, incluso, la pervivencia de esta fiesta, que comenzó siendo una feria comercial de ganado en el siglo XIII y podría terminar siendo en el XXI una exposición industrial monográfica de pubs y discotecas, igualmente comercial. Y tampoco estaría mal que hubiera un evento de esas características para un sector de la hostelería muy digno y necesitado de apoyo… pero otra cosa sería llamarle Feria de Córdoba. En todo caso, ya en el 2001, con el nuevo y expansivo PGOU, se proponía la idea de impulsar el parque de El Arenal con instalaciones permanentes en la orilla, tipo jaimas de dos pisos con materiales vanguardistas, y compatibilizar o incluso llevarse toda la Feria a una extensión similar al otro lado de la autovía, ocupando otras 30 hectáreas y dejando el suelo actual para un gran aparcamiento.

La idea, junto a otras paralelas para esta zona, como construir un campo de golf (entre las más antiguas) o una gigantesca playa-piscina (de las más recientes), han venido quedándose olvidadas en cajones de oficinas mientras que en la Feria se agravaban, o al menos se hacían bastante menos soportables, problemas como la falta de sombra, el pavimento terrizo y los barrizales que se crean con la lluvia, la instalación eléctrica aérea, la propia distribución de las casetas en el espacio y el poco lucimiento que ofrece al paseo de caballos, el altísimo coste que tiene ya el montaje y desmontaje de carpas, el botellón en el entorno del real…

Frente a todo ello, en el 2006 se creó la Asociación de Casetas Tradicionales, que dando ejemplo con su trabajo y organización relanzó valores de la Feria, en primer lugar entre las casetas asociadas (número que ha ido creciendo continuamente) y, paralelamente, reivindicando mejoras. El 2013, y con un proyecto muy concreto de reforma bajo el brazo, lo presentaron al Ayuntamiento, todo ello en una demanda a la que se sumó la Asociación de Casetas Populares. De hecho, ya en el 2013 ambas asociaciones unieron sus voces para reclamar cambios al Gobierno municipal de José Antonio Nieto, quizá más receptivo que los anteriores… pero en la práctica sin resultados. Y es que si las cosas de palacio van despacio… las de la Feria aún más. Además, estaban las nuevas normas contra el déficit municipal, que dejaban muy poco margen para inversiones y proyectos.

Por fin se llegaría a compromisos sucesivos que se hicieron firmes bajo el mandato de Isabel Ambrosio, y que asumió el nuevo alcalde, José María Bellido, en la misma Feria del 2019, poco después de imponerse en las elecciones municipales y ya con un Ayuntamiento con el déficit saneado que le dejaba manos libres para inversiones en obras.

Ciertamente, la pandemia, que lo paralizó y cambió todo en el mundo y afectó especialmente a la economía cordobesa desde marzo del 2020, ha hecho que la mejora de El Arenal pase a un segundo plano en las urgencias del actual Gobierno municipal, pero también es cierto que, y ya que no hay mal que por bien no venga, se está pudiendo disfrutar de un plazo de tres años entre la feria del 2019 y la del 2022 para, ya sin excusas, comenzar a acometer las mejoras muy pensadas durante largo tiempo y que plasmó el arquitecto José Antonio Ruiz.

El proyecto | Una de las infografías que incorpora el proyecto de José Antonio Ruiz y que ha sido asumido por el Ayuntamiento. CÓRDOBA

Justamente fue este proyecto, consensuado en la Comisión de Feria del anterior mandato municipal, y en el que se siguió trabajando, el que la Asociación de Casetas Tradicionales donó al Ayuntamiento a finales de mayo del 2020, aprovechando el simbolismo de un gesto clave para el futuro de una Feria justo en un año en el que la pandemia no dejaba que se celebrase. 

El proyecto en sí prevé una inversión de 7 millones de euros (5 según otras fuentes) para actuar en unas 8 hectáreas de las casi 30 de El Arenal (justo 82.000 metros cuadrados del recinto), para soterrar y modernizar la red eléctrica (aérea desde el principio, en 1994, con el consiguiente impacto estético y el riesgo que supone) y una red de alcantarillado y evacuación de aguas pluviales, además de pavimentar grandes áreas del recinto, acondicionar e incorporar otros elementos y multiplicar la arboleda.

En mayo del año pasado ya se dijo que la primera fase del proyecto, que afectaría a la calle del Potro (la que está entre las casetas y la calle del infierno) estaría terminado para la Feria del 2021, un ciclo que no se ha celebrado también este año con todo el disgusto de la ciudad, pero muy convenientemente para esas primeras obras a acometer, que ni siquiera se han iniciado. Eso sí, los trabajos salieron a licitación el 29 de diciembre del año 2020, por un montante de 1,1 millones de euros y 6 meses de ejecución.

El problema es que aún no se ha adjudicado la obra, aunque ciertamente se presentaron al concurso público nada menos que 12 entidades. Las últimas informaciones apuntan a que estará completada la licitación en este mes de mayo y los trabajos podrán comenzar en junio, por lo que podría estar concluida esta fase del trabajo en octubre.

Y mientras, paralelamente, se habla de otras mejoras de la fiesta más allá del recinto en sí, como la posibilidad de instalaciones permanentes que abaraten costes u otras cuestiones organizativas. 

Ni que decir tiene que en este nuevo impulso a la Feria tiene un papel destacadísimo el mundo del caballo, que en la última década y de manos de asociaciones ecuestres han dado un enorme salto de calidad. La primera Exhibición de Carruajes de Tradición del 2013 así lo demostró, convirtiéndose en una de las tres grandes citas ecuestres de su género en España, como la consolidación en poco tiempo de la procesión ecuestre de la Virgen de la Salud en el inicio de cada edición de la Feria. Se trataría de un impulso a un sector que, más allá de la propia fiesta y del tipismo que pueda tener (que tampoco es poca cosa si se tiene en cuenta el progresivo aumento de la Feria como atractivo para el turismo, especialmente en la última década), se convertiría en un revulsivo económico por sí mismo del que se beneficiaría toda la ciudad, más aún si se coordina con otros hitos y programas en curso o proyectados, como los que ya se desarrollan por Córdoba Ecuestre en Caballerizas Reales o los que se debaten para el futuro.

De ahí la conveniencia que se ha visto de iniciar la reforma por la calle del Potro, habilitando así un espacio muy acotado y a la vez visible para todos los visitantes de El Arenal de los caballos y carruajes que se den cita en la Feria.

Alegría desde la portada | Un coro rociero canta ante la portada de la Feria de Nuestra Señora de la Salud, en el pasacalles ‘Camino de El Arenal’. A. J. GONZÁLEZ

Otra cuestión son los siguientes pasos a ejecutar. y más para una Administración local que tiene que destinar muchos recursos los próximos ejercicios a frenar las consecuencias del parón económico ocasionado por la pandemia en la ciudad, con voces que ponen la mejora de El Arenal como un proyecto secundario en estos momentos, lo que es cierto, mientras que otras recuerdan que también la inversión en obras públicas es un magnífico instrumento de impulso económico, que también es verdad.

En todo caso, y aunque aún no ha comenzado la primera de las obras (la ya citada de la calle del Potro), ya se debate sobre los siguientes pasos a dar.

Así, por un lado, los trabajos seguirían hasta completar esos 7 millones de euros de inversión con el Ayuntamiento, habiendo puesto su mirada en la calle de Enmedio como siguiente zona a reurbanizar y potenciar, todo ello con trabajos que se estudian acometer tras la Feria del 2022. Al menos así lo explicó recientemente el teniente de alcalde de Urbanismo, Salvador Fuentes, todo ello con un alcalde, José María Bellido, que insiste en la voluntad de acometer otras actuaciones del proyecto con la mayor brevedad posible e incluso terminar el trabajo, a ser posible, dentro de este mandato municipal.

Sin embargo, estas fases posteriores de la mejora de El Arenal (hay que insistir en ello: aún no se ha adjudicado tras medio año la primera intervención), para las que los colectivos implicados en la organización de la Feria pidieron en enero que se agruparan y ejecutaran a la vez, quizá se tengan que desligar en varias ejecuciones. En tal caso, y en lugar de acometer la mejora de la calle de En medio, el presidente del Consejo del Movimiento Ciudadano, Juan Andrés de Gracia, ha solicitado que se priorice con lógica y lo primero sea completar la red subterránea de saneamiento, recogida de aguas pluviales y la red eléctrica. Tampoco el Gobierno local se niega en rotundo a ello, y Salvador Fuentes ya ha anunciado que tendrá en cuenta los argumentos del Consejo del Movimiento Ciudadano para los siguientes pasos a dar en El Arenal.

Mientras, una feria a la americana, en un casto y puro ambiente familiar y de niños; sin casetas, cervezas ni público trasnochador, nos recuerda este año con Arenal Park, y con toda la alegría que es posible en estos tiempos, que lo de la pandemia no ha sido ni es todavía ninguna broma, que aún queda mucho que luchar contra el virus y sus consecuencias económicas, que hay un millar de cordobeses que se han quedado por el camino contra el covid-19 y ya no volverán a ver la Feria…

Más aún, visitar Arenal Park puede ayudar a contemplar un parque urbano tan distinto este mes de mayo para recordar grandes momentos y pensar lo mucho que le queda a la Feria por mejorar. Pero, sobre todo, lo que le queda a la Feria por ofrecernos por lo que es: una celebración de la vida, una mirada al futuro. Más aún tras estos dos años.

Y les contaremos desde Diario CÓRDOBA, que por entonces tendrá ya 81 años, la Feria del 2022, a buen seguro la que con más ganas se coja en la historia de la celebración. Ya les adelantamos que va a ser tremenda.