Hay que ver lo bien que se concentra todo el mundo en la feria con el jaleo que hay. Y es que El Arenal es un sitio muy bueno para que cada cual haga lo que le venga en gana. Y para muestra, el día de ayer. No había más que darse una vuelta por el real para comprobar que en un mismo hábitat se pueden reunir miles de jóvenes concentrados en beber, cientos de niños concentrados en subirse al mayor número de cacharritos posible (ayer era el día del todo al 50%), un montón de padres concentrados en averiguar el paradero de sus hijos adolescentes sin despistarse del grupo de amigos (mucho sufrimiento) y hasta decenas de sindicalistas concentrados en la portada para repartir folletos contra los recortes. Y eso en uno de los días más animados de la feria. Al mediodía, el recinto ya estaba de bote en bote. Superada la borrasca, el anticiclón ha caído sobre el recinto ferial en forma de plancha y ayer no había forma humana de quedarse quieto en un sitio sin sufrir las inclemencias climatológicas. Y es que tiene guasa lo chicos que son los árboles de El Arenal y eso que ya han cumplido la mayoría de edad (18 años). No es de extrañar que los jóvenes, de cara al año que viene, estén pensando en hacer una colecta para comprar un toldo para su balcón del Guadalquivir, como bromeaban en el botellón los que llegaron demasiado tarde para meterse debajo del puente. "Me he puesto protección pantalla total y aún así voy a llegar quemada, todos los años me pasa igual", confesaba Marta mientras enseñaba el bote de protector solar que llevaba en el bolso. Los chicos lo tenían más fácil y se descamisaban directamente. "Aquí no hay quien aguante si no es así, ¿no te parece?", decían con más razón que un santo. Menos mal que el botellón es un acto voluntario porque, si fuera un castigo impuesto, más de uno lo definiría como cruel y sádico, pero ya se sabe que sarna con gusto no pica.

Mientras en el balcón del Guadalquivir se fraguaba la gran curda colectiva, en la feria propiamente dicha los coches de caballos se paseaban bajo los parcialmente resucitados farolillos, que se