Mayo Festivo

El sol aviva la fiesta de la Feria de Córdoba

Las bullas vuelven al recinto ferial en una jornada soleada donde los coros rocieros y los caballistas han sido los principales protagonistas

David Jurado

David Jurado

La jornada del jueves de Feria de Córdoba ha estado marcada por la irrupción de un icono clásico de la cultura cordobesa: el abanico. "Hoy no va a hacer el fresquito del otro día. Va a hacer calorcito". Con estas palabras ha recibido una mujer en la Portada a un grupo de amigos antes de adentrarse en las calles del recinto ferial.

El calor, a veces sofocante cuando no había ni rastro de brisa, ha hecho que los vendedores ambulantes hayan cambiado su estrategia. Las flores y el tabaco han dado paso a las botellas de agua y abanicos.

En un día donde no ha caído nada de agua en las casetas, paradójicamente ha sido el día en el que el líquido elemento ha tenido un mayor protagonismo. Posiblemente habrá sido el único día en el que muchas hayan agotado sus existencias. "¿Me das tres botellas de agua?", ha preguntado un niño junto a dos amigos a un camarero de la Caseta Municipal. "Son seis euros", le ha contestado entre la desconfianza y la prevención. Otra niña ha pedido una botella grande. "Lo siento, sólo vendemos pequeñas", ha sido la respuesta seca del camarero. "¿Pero pequeña, cuanto es?", ha respondido ella ante la expectativa de un tamaño insuficiente para calmar su sed.

A las 14.30 horas el termómetro ha marcado los 34 grados centígrados y la temperatura iba en aumento. Aparte del calor, los coros rocieros y los caballistas han sido el otro gran atractivo de la jornada. Eso sí, a diferencia de otros días, pocas agrupaciones han recorrido hoy las calles con sus cantes. Han buscado mejor el resguardo de las casetas.

Una participación de 200 caballistas

Quienes sí se han paseado, aunque con un poco de retraso, han sido los carruajes y jinetes y amazonas por las calles del recinto ferial. La amenaza de lluvia que ayer obligó a suspender el Día del Caballo ha dado paso a las prisas de esta mañana para llamar a todos los colectivos para informar de que se levantaba la suspensión.

Al final, según fuentes del citado concurso ecuestre, han informado de que han sido entre 30 y 40 los carruajes los que han confirmado su participación, así como unos 200 caballistas.

Tampoco se ha visto a tanta gente por las calles desde el mediodía, pero por una sencilla razón. La jornada de hoy ha vuelto a estar marcadas por los actos privados en las casetas, muchas de ellas cerradas hoy al público general, y las cenas de empresa. El aire acondicionado ha fijado a los feriantes en los recintos.

La calle del Infierno ha vivido, tras la resaca de ayer del Día de los Niños, otra gran jornada. "Os montáis en la rana loca, papá y yo en la noria, y cuando acabemos nos vamos todos a alguna caseta a bailar sevillanas", decía una madre a sus hijos. "Jo, bailar sevillanas, qué rollo. ¿No podemos quedarnos aquí todo el rato'", ha respondido uno de los vástagos. Y es que el calor hace menos mella en los cuerpos menudos y con ganas de fiesta de los fanáticos de las atracciones.