El Arenal huele a barbacoa, a perol cordobés, a fritanga y a otros olores difíciles de catalogar por el olfato local por estar fuera del radar de la gastronomía local, como el que desprenden los kebab o los puestos de patatas asadas con exóticos condimentos. La Feria de Córdoba, tan excéntrica y variada en sus casetas, peca de tradicional en su oferta gastronómica. "Aquí vamos a sota, caballo y rey", ha señalado el responsable de la caseta del Buen Suceso en referencia al salmorejo, la tortilla de patatas y el flamenquín.
Por que no hay caseta en el Arenal que no incluya este trío de ases en su carta. El rabo de toro, por ser un guiso más elaborado, es el gran excluido de la Fiesta. Ningún cordobés, o ciudadano con cualquier otro gentilicio, puede decir que ha pasado hambre en su visita al recinto ferial. Por muy tiquismiquis sea. Siempre podrá saciar su hambre a base de pinchitos, bocatas de tortilla francesa o unas croquetas, alimentos que abarcan un amplio espectro de paladares sin desarrollar.
Platos especiales
Lo que más está triunfando este año son las carnes a la parrilla, la fritura de pescado y los platos de arroz, presentes en la gran mayoría de casetas públicas. Los precios se mantienen todos en la misma horquilla, desde los más asequibles, 2,5 euros el montadito o 5 euros el bocadillo, hasta los 24 euros por una parrillada para dos personas. Las raciones. Las raciones tienen una media de 8 euros para los platos de paella, de 12 euros para los platos de fritura de pescado y de 15 para los de carne.
Cada caseta intenta dar un toque de personalidad a sus productos. Este año, por ejemplo, el plato estrella del Esparraguero es la carrillada, un plato especial por el 40 aniversario de la hermandad, tal y como reza en los carteles que invitan a los clientes a degustar un manjar único.
Y como no podía ser, en la Casa del Valle de los Pedroches los productos de montanera son los reyes de la oferta. En otras casetas, como en la del Club Calerito, un cortador de jamón recibe a los comensales en la puerta para abrirles el apetito. Pero a buen seguro que no es jamón certificado de Los Pedroches. "La Feria de Córdoba no es nuestro mercado, por desgracia, vendemos más en otras ferias que en esta", señalan fuentes de la DOP.
Puestos de comida
Cuando las cocinas de las casetas están ya cerradas, la opción de los puestos de comida, más de un centenar de puestos, en concreto 115, siguen llenando los estómagos de los visitantes. Entre ellos destacan por su veteranía los puestos de hamburguesas y bocadillos calientes de Choni y Uganda, que han evitado más de un coma etílico con su poder calórico. Más de uno saliva sólo con escuchar la melodía de sus anuncios.
La Feria de Córdoba, que presume de ser una de las más inclusivas de España, se gana el título con el ejemplo y con espacios como la Caseta de la Asociación de Celíacos de Córdoba. Y no por ello con menos bullas ni aceptación que el resto.