Ha fallecido a los 65 años Antonio García Morales, empresario nacido el 1 de octubre de 1952 en Córdoba, hijo de Antonio García Aranda y María Morales Agüera. Antonio era el tercero de cuatro hermanos. Era el único varón de la familia, razón por la que estuvo siempre mimado por sus hermanas Maruja, Toñi y Nola.

Desde joven, fue un gran deportista, pasando por equipos alevines de fútbol de Córdoba, pero su gran hobby fue el golf, que practicó y disfrutó en su madurez.

A partir de los 18 años empezó a formar parte y a conocer el negocio de la empresa A. García Aranda, fundada por su padre. Siguiendo una trayectoria profesional de evolución y reestructuración de la citada empresa, en 1980 se convirtió en una sociedad anónima, y junto a sus socios la relanzó, convirtiéndola en una de las más importantes en el sector de la construcción de Córdoba. Es una empresa dedicada a la distribución, venta e instalación de materiales para su uso en la construcción, presente en el sector desde 1960. Los casi sesenta años en este mercado, así como su amplia cartera de clientes, han avalado la calidad de sus productos y la seriedad de esta empresa, donde Antonio ha implantado un sistema de trabajo basado en la eficiencia, la seriedad y la vocación de servicio hacia sus clientes.

Antonio amaba a su mujer, Lola Larrea, y a sus hijas, Mabel, María Dolores y Sonia, con pasión, con la misma con la que vivió toda su vida. Asimismo, era un gran amante de su Córdoba natal, así como de sus tradiciones más arraigadas, colaborando activamente en ellas de manera desinteresada.

Gran amigo de sus amigos, deja una huella profunda a todo el que lo conoció, ya que Antonio era un ser amable, entrañable y con un sentido de la familia y de la empresa muy apegado a la ciudad en la que ha vivido. Su vida ha transcurrido con la serenidad de una persona cargada de motivaciones y de ilusiones hasta el último momento, trasladadas a todo su alrededor.