En Córdoba hay solares y solares. Y el contrastre es, a veces, enigmático. Paseando el otro día por Miraflores observé el espectacular edificio del llamado C3A, en contraste con la parcela aledaña en la que unos niños jugaban con un caballo y un pony entre los jaramagos más asilvestrados, y al lado, el fantasma del Palacio del Sur. Ni el triángulo de las Bermudas.