10 CAUSAS PARA UN AÑO SOLIDARIO

Carlos Eslava: "Yo lo definiría como el banco de los pobres"

Presidente del Banco de Alimentos Medina Azahara

Carlos Eslava: "Yo lo definiría como el banco de los pobres"

Carlos Eslava: "Yo lo definiría como el banco de los pobres"

C. AUMENTE

Es natural de un pueblo de Albacete, pero lleva casi 50 años en Córdoba. Este afable ingeniero industrial preside el Banco de Alimentos desde hace cuatro años, contento de dedicarse en su jubilación a ayudar a los demás.

-¿Cómo contacta por primera vez con el Banco de Alimentos?

-Cuando me jubilé, yo sabía que tenía que hacer algo por los demás, no sabía exactamente el qué. Y Joaquín Cabello me dijo: «Me han hablado del Banco de Alimentos y sería un sitio bueno». Yo aparecí por aquí una mañana, despistado, para ver cómo era esto, a ver lo que se hacía. Después de un tiempo aquí, alguien me dijo que me presentara a la junta directiva y fui tesorero en dos periodos y luego presidente. Y aquí estamos, luchando y haciendo lo que podemos por los demás.

--¿Qué es lo que atrapa del Banco de Alimentos?

-El Banco de Alimentos está conformado por voluntarios y el personal contratado es muy poco. Todos los que estamos aquí estamos porque queremos y eso hace que procuremos motivar a la gente porque si no, se van, por tanto lo primero es que hay un buen ambiente de trabajo. Y segundo, que vemos que se llega a muchísima gente -el año pasado de forma indirecta llegamos a más de 40.000 personas- por ello es un sitio que atrapa. Cuando yo empecé, estábamos cuatro voluntarios, todo lo hacíamos nosotros... porque el banco no se conocía. Y dijimos, lo primero es que el banco se tiene que conocer por la sociedad.

-Y ahora tenéis bastante visibilidad social, ¿no?

-En aquella época primera las subvenciones venían prácticamente por las cajas y con la crisis vimos que íbamos a tener dificultades y si nos conocía la sociedad nos iban a venir ayudas más variadas. Y así fue, y en las campañas que hacemos la gente ya sabe lo que estamos haciendo y eso nos facilita mucho las cosas. Cada vez que vamos a pedir algo, la gente nos trata con muchísimo cariño y mucho respeto. Y desde el punto de vista de generosidad, estamos muy agradecidos a la ciudadanía de Córdoba y provincia.

-¿Cómo llegan los voluntarios?

-Normalmente llegan como me pasó a mí, porque alguien te habla del banco, y otros a través de una nota de prensa que han leído o de una entrevista en la radio... y se preguntan ¿por qué no voy a hacer yo esto en lugar de estar en casa sin saber qué hacer? Nosotros tenemos voluntarios que han pasado los 80 años y yo he pasado ampliamente los 70. Los jóvenes son voluntarios esporádicos, porque ellos tratan de buscar un trabajo, y aquí el trabajo se hace por la mañana. Otra cosa son las labores de calle, operaciones kilo... que son los fines de semana, y ahí tenemos muchos jóvenes, escolares...

-¿Cómo explicaría que es el Banco de Alimentos?

-Es una oenegé porque es no gubernamental y de utilidad pública porque no se recibe ningún beneficio, por tanto hacemos una labor social. Cualquier donativo que nos den, si la persona lo desea, se le hace certificado para deducirlo de la renta. Pero desde el punto de vista de eficacia tiene que funcionar como una empresa, si no no se podrían atender a 45.000 personas a través de 255 instituciones y todos los meses. Yo definiría el banco como el banco de los pobres porque tratamos de ayudar a los pobres. No pagamos nada por los alimentos que nos dan ni cobramos nada por los que donamos.

-¿Vuestro proyecto más próximo es inaugurar la nueva nave?

-Cuando yo empecé en el banco estábamos en un local de Mercacórdoba donde pagábamos un alquiler. Luego ese local se amplió y tras mucho solicitarlo conseguimos que Mercacórdoba no nos cobrara alquiler. Al mismo tiempo, para los alimentos de la CEE que vienen en tres fases y es una cantidad importante, conseguimos que nos cedieran locales en el antiguo taller de Agrónomos. Pero estamos allí en precario y desde el punto vista sanitario tampoco son las mejores condiciones. Entonces, en el 2015, cuando el Ayuntamiento nos cedió el matadero, que llevaba 10 años sin utilizar, tuvimos que hacer una reforma de gran envergadura. Pero vimos que teníamos que hacer una nave, y como aparecieron restos arqueológicos, supuso un encarecimiento notable. Pero dijimos que era necesario seguir adelante. De ahí que poquito a poco, con donativos... vamos adelante. No queremos hipotecarla por no dejarle a los que vengan la hipoteca, por eso pedimos que nos ayuden para poder hacer esta labor social con dignidad. Ahora solo queda presentar los últimos documentos para la licencia ocupación y esperamos que en febrero esté funcionando. Es una magnífica nave, de más de 600 metros que en el exterior no parece nave industrial sino un edificio singular. Por ahora nos ha costado unos 500.000 euros.

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