En mi opinión tendremos presidenta. La clave del cambio del sistema de partidos en España es la crisis del PSOE que, aunque tenga sus propias causas españolas, debe analizarse con la perspectiva de la situación política europea. Los partidos equivalentes al PSOE en otros países europeos también tienen dificultades debido a que, bien porque no pueden o bien porque no quieren, no ofrecen alternativas socialdemócratas a la gestión neoliberal de los problemas económicos, sociales, institucionales, políticos e incluso culturales que atraviesa Europa como consecuencia, entre otras cosas, de su progresivo desplazamiento a un papel mundial secundario debido al ascenso de Asia. Además, la cada vez mayor distancia entre tener el gobierno y tener el poder genera contradicciones más difíciles de cabalgar en los partidos que teóricamente defienden un mayor papel social del Estado que en los conservadores o liberales, que teóricamente defienden un menor intervencionismo estatal. En lo local la llave para formar gobierno la tiene el PSOE porque las elecciones lo han colocado en una posición difícil. PP, Podemos y Ciudadanos ya han fijado posición rápidamente para acentuar la presión sobre la llave. El PSOE tiene tres opciones. Lo más fácil matemáticamente es la llamada “gran coalición” con el PP. Sin embargo en las circunstancias actuales de España y con las peculiaridades de nuestra manera política de pensar, esto sería el abrazo del oso y su muerte en las próximas elecciones. Al riesgo de ser superados por Podemos y Ciudadanos se añadiría el castigo de la ley electoral por quedar terceros o incluso cuartos. La segunda opción es intentar formar gobierno con Podemos y algún partido nacionalista. Si después de las negociaciones el precio a pagar fuese un referendum en Cataluña perderá votos en sus nidos de Extremadura, Castilla La Mancha y Andalucía y provocará fuertes tensiones internas en el partido. La tercera es, después de semanas de declaraciones, tensión, incertidumbre, tertulianos ladrando, redes sociales de internet ardiendo, tinta de periódicos y algo de teatralización, votar no a Rajoy y abstenerse en segunda o tercera votación dejando paso al PP a cambio de la marcha de Rajoy y Soraya Sáenz de Santamaría de presidenta. Creo que la tercera opción es la que menos coste electoral supondrá al PSOE. Otras elecciones no le convienen porque todos le señalarían como el culpable de la inestabilidad y además todos ganan. Gana Rajoy porque después de tantos años en política y tras el desgaste de la última legislatura puede aparecer como el político con visión de Estado que se sacrificó por el bien de España. Gana el PP porque puede venderse como un partido capaz de negociar y renovado. Gana Ciudadanos que puede aparecer como un partido responsable y moderado, que genera estabilidad y en el que se puede confiar porque ha antepuesto los intereses del país a los suyos. Gana el PSOE que puede venderse como un partido de Estado, que no busca el gobierno a cualquier precio y que ha forzado la marcha del corrupto y mentiroso Rajoy. Finalmente también gana Podemos, que se presentará como la única oposición real al sistema decadente en el que los demás han demostrado ser lo mismo dejando gobernar al PP. El gobierno será seguro difícil, quizá breve y para el futuro del PSOE y del sistema de partidos habrá que mirar que ocurre en Europa.