La infancia marca, inconscientemente, el mapa de nuestro viaje por la vida. Cuando quieres comprenderlo ya has pasado por muchas de sus estaciones; siendo el subconsciente el que decidió por ti. Sin percibirlo. Ya me entienden. Con el paso de los años, vas recordando los vericuetos que se presentaron y que tuviste que elegir sin remedio. Hoy quizá, muchos de ellos los atajarías. Qué importante y transcendente es una buena hoja de ruta en la infancia. Esos primeros años tan frágiles y tiernos marcarán de por vida el ineludible carácter personal de cada uno de nosotros. No olvidemos encaminar bien a los niños en estos años tan vitales para su formación. ¡Cuánto lo agradecerán!